Destacar en primer lugar, que el sector vitivinícola cooperativo de Murcia y en su conjunto de España, comparte el fin último del documento del Anteproyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores y sus Efectos, que plantea la necesidad de prevenir el consumo de alcohol entre menores de edad.

    Sin embargo, una vez analizado el texto en detalle, discrepamos profundamente de las medidas que se proponen para alcanzar dicho fin, por los siguientes motivos:

    1.    Las medidas planteadas son absolutamente desproporcionadas e ineficaces en relación al objeto planteado. Estas medidas atentan directamente contra la libertad individual de los adultos, que cada día consumen vino de manera moderada, que contienen elementos positivos para una política de salud pública y educación.

   2.    El problema, al contrario de lo que se plantea, no es de productos sino de conductas y del mal uso que se haga de los productos. Por ello, una estrategia basada en la prohibición, en la represión y en la demonización, no conduce a nada y está lejos de las que deberían ser las prioridades de las autoridades: la educación y la prevención.

   3.    En materia de prevención y educación, el sector del vino considera que hay una importante labor por realizar. España está desarrollando e implementando el programa europeo ‘Wine in Moderation’, que promueve y defiende el consumo responsable de vino como una norma sociocultural, con el objetivo de prevenir y reducir el abuso y los daños colaterales relacionados con el consumo de alcohol.

   4.    El documento entra en total contradicción con la Ley de la Viña y el Vino aprobada por el Parlamento Español en 2003. En ella se define al vino como un alimento y se reconoce la posibilidad de promocionar el fomento del consumo moderado y responsable de vino en el ámbito de la Dieta Mediterránea, algo que ahora se pretende prohibir.

   5.    Por otra parte, no se puede obviar el dramático descenso del consumo de vino en nuestro país de más de un 40% en los últimos 30 años, situando a España como uno de los últimos países europeos en cuanto a consumo per cápita se refiere. A nivel mundial, según la OMS, el consumo de vino representa el 8% del total de consumo de alcohol.

   6.    Sin embargo, en el mismo periodo se ha producido un aumento de los problemas derivados del alcohol en jóvenes, lo que viene a demostrar que el vino en sí mismo, no es el problema y refuerza el argumento de que se trata de un problema de comportamientos y conductas, y no de productos.

   7.    El vino no debe considerarse como un simple bien de consumo, es un valor de nuestra civilización y un índice de la calidad de vida. Constituye una de nuestras señas de identidad desde el punto de vista histórico, cultural, social y territorial, aparte de sustentar la economía y el tejido socioeconómico.

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