Un productor de tomates será sometido a partir de noviembre próximo al primer juicio que se celebrará en Argentina por presunto homicidio con agrotóxicos, un caso cuya víctima es un niño de 4 años que murió casi al instante al entrar en contacto con el plaguicida.
El juicio oral se realizará en la ciudad de Goya, en la provincia de Corrientes (noreste), a partir del 21 de noviembre, confirmaron ayer a Efe fuentes de la querella.
un niño de cuatro años murió al estar en contacto con la sustancia venenosa al pisar el barro donde había desechos del producto
El imputado, un productor de tomates de la pequeña localidad de Lavalle (a diez kilómetros de Goya), afronta cargos por el presunto «homicidio culposo» de Santiago Nicolás Arévalo, que tenía 4 años cuando murió, y por presuntas «lesiones culposas» en perjuicio de Celeste Estévez, prima del pequeño fallecido.
Ambos niños, que vivían en un área lindera a la plantación de tomates, jugaban en abril de 2011 en los alrededores de la finca, a pocos metros del río Paraná, cuando tuvieron contacto con el insecticida endosulfan, que les provocó una severa intoxicación.
Santiago falleció en el hospital pediátrico «Juan Pablo II», de la ciudad de Corrientes, a donde llegó en gravísimo estado trasladado desde el hospital zonal de Goya por fuertes dolores en todo el cuerpo y vómitos.
La autopsia determinó que la causa de la muerte fue por intoxicación con el insecticida endosulfan, un producto utilizado en el cultivo de hortalizas.
«Es un producto clorado, totalmente nocivo, que provoca la muerte al instante en caso de que uno lo ingiera o lo huela o a través del contacto con la piel», según explicó a Efe Julián Segovia, abogado querellante y miembro de la Fundación Infancia Robada.
El abogado explicó que en el caso del niño, este tuvo contacto con la sustancia venenosa al pisar el barro de una zanja donde había desechos del producto.
Su prima, quien estuvo tres meses internada en el hospital Garraham de Buenos Aires, se intoxicó, en cambio, al inhalar el producto.
«Todo indica que en el caso de Santiago la muerte fue fulminante porque pisó el barro, mientras que su prima no», señaló Segovia.
«Hay muchísimas situaciones muy similares a éstas, que no se conocen y no se denuncian»
El letrado dijo que el antecedente más próximo a este caso es un juicio realizado en 2012 en la central provincia de Córdoba, pero en ese caso no hubo víctimas fatales sino contaminación crónica.
En aquel juicio fueron condenados a una pena de tres años de prisión de ejecución condicional un productor rural y un piloto fumigador.
Ambos fueron hallados culpables de contaminación del barrio cordobés de Ituzaingó Anexo, vecino a zonas de cultivo de soja, con agroquímicos -glifosato y endosulfan- esparcidos mediante fumigaciones aéreas no autorizadas.
«Hay muchísimas situaciones muy similares a éstas, que no se conocen y no se denuncian, con víctimas que quizás no llegan a la muerte pero contraen enfermedades», aseguró Segovia, que insiste en el riesgo del uso de estos agrotóxicos.