El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha pedido al Gobierno que apruebe un marco laboral adaptado al campo tal y como ha hecho con los artistas al aprobar un nuevo contrato temporal para ellos y auxiliares del sector cultural. Por ello, Asaja exige al ministro de Agricultura, Luis Planas, que “defienda los intereses de los agricultores y ganaderos” al igual que ha hecho su compañero de gabinete, el ministro de Cultura, Miguel Iceta, que sí ha defendido a los artistas.
Y es que el Consejo de Ministros ha aprobado el primer paquete legislativo del Estatuto de los Artistas, un decreto ley elaborado por el Ministerio de Trabajo que crea un marco laboral adaptado a la intermitencia en las relaciones laborales de los artistas, técnicos y auxiliares necesarios para la actividad cultural, tanto en las artes escénicas como en el audiovisual.
El Gobierno da respuesta así a las demandas de un sector alarmado ante la inminente entrada en vigor de la última parte de la reforma laboral, que a partir del día 31 de este mes impedirá firmar nuevos contratos por obra y servicio, los más usados actualmente en el ámbito artístico y audiovisual.
INSISTEN EN QUE LA NUEVA REFORMA LABORAL ES UN DISPARATE PORQUE “NO CONTEMPLA LA REALIDAD DE LAS CAMPAÑAS AGRARIAS”
Frente a ello, Asaja afirma que “el sector agrario también está alarmado” por la nueva reforma laboral y pide al Gobierno que también dé respuesta a las demandas del sector, así como insta al presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, a que “trabaje y ejerza presión” para conseguir lo que en otros sectores, como los artistas, se ha logrado ya ocasionando una discriminación en otros ámbitos de la economía del país.
Para Asaja, la nueva reforma laboral es un disparate porque “no contempla la realidad de las campañas agrarias en nuestro país” ya que el campo tiene como condición intrínseca la temporalidad al estar condicionada la actividad agrícola a una duración determinada ―según épocas de recolección y otras casuísticas como el clima o la mayor o menor producción―.
También, influye que su desarrollo se hace a la intemperie y los trabajadores circulan por diferentes explotaciones, lo que no significa precariedad de los contratos, sujetos a convenio, sino que la mano de obra que se requiere es la eventual. Por tanto, no adaptar la reforma laboral a esa realidad “penaliza e incrementa los costes de producción, ya de por sí desproporcionados que tiene el sector agrario, así como las dificultades de gestión”.
Por ello, viendo que para otros sectores sí es posible adoptar medidas para solventar el problema que puede suponer la reforma laboral, Asaja solicita al Gobierno que tengan sentido común y no discriminen nuevamente al campo.
La organización agraria afirma que “ya está bien de que la Administración central siga atacando el campo”, que está viviendo «una situación ruinosa en todos los sectores productivos debido a los altos costes de los ‘inputs’ necesarios para producir, unido a la falta de mano de obra, los mayores requisitos laborales y una reforma de la PAC que nos exige más con menos recursos y que castiga a la agricultura y ganadería más productiva».
Si cualquier político tuviera que ganar su sueldo creando una empresa, pasaban hambre.