Las asociaciones representantes de la industria aceitera española Anierac y Asoliva han expresado este lunes que el nuevo certificado de calidad que está tratando de impulsar la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero debe ser «obligatorio» para todas las operadoras del sector y no voluntario , además, y tutelado por la Administración.
A través de un comunicado, Anierac y Asoliva han indicado que la iniciativa «no es suficientemente atrevida» y que, al no ser de carácter obligatorio, «podría generar dificultades y desigualdades en el mercado» porque «no todas las marcas competirían en igualdad de condiciones en los lineales».
Ambas asociaciones, que según sus propios datos aglutinan más del 65 % de todo el volumen de aceite comercializado en España y en mercados exteriores, han declarado que seguirán participando en el impulso de este nuevo sello de calidad, pero que entienden que es un proyecto que debe de ser directamente tutelado por la Administración.
Han afirmado, además, que la organización privada que impulsa este certificado, «con el propósito de dejar en evidencia a los que no se adhieran a su propuesta, está sembrando dudas sobre la honorabilidad y honestidad».
La iniciativa para implantar una nueva certificación que marque unos parámetros de calidad superiores a los que exige la ley fue presentada la semana pasada en Madrid por la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero y cuenta con el respaldo de, al menos, la empresa aceitera Deoleo y la cooperativa Dcoop.
SE AUMENTAN LOS PARÁMETROS DE PUREZA, DE MANERA QUE PARA EL ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA SE EXIGIRÁ QUE EL NIVEL DE ACIDEZ NO SOBREPASE EL 0,4, EN VEZ DEL 0,8 DE LA UE
Se trata de una certificación privada que regulará el propio sector y a la que de forma voluntaria se podrán adherir todos aquellos operadores que quieran plasmar ese sello de calidad en el aceite que producen.
Según la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, en su desarrollo participa un comité de expertos con representantes de toda la cadena del sector y de la Administración pública.
Aquellos que quieran conseguir esta certificación tendrán que comprometerse a dejar abiertas sus instalaciones en todo momento para poder ser sometidos a auditorías independientes, al margen de las que se hagan desde las administraciones.
Asimismo, se aumentan los parámetros de pureza, de manera que para el aceite de oliva virgen extra se exigirá que el nivel de acidez no sobrepase el 0,4, en vez del 0,8 que marca la normativa de la Unión Europea.
Con las grandes calamidades y dificultades económicas por la que pasa el agricultor, pongámosle el pie en el cuello con más exigencias de calidad, por encima de lo exigible.
Es intolerable que haya quien ponga parámetros superiores a los legales concediendo un sello sin la garantía de la Administración.
Y con un sistema estalinista de hacer inspecciones sin limitación y con una dudosa cadena de custodia de las muestras.
Asoló a y Anierac tienen razón