La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía incidirá en el uso eficiente y sostenible del agua con otros 47,1 millones de euros dirigidos a la modernización de regadíos en las próximas anualidades. El director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, Manuel García Benítez, ha apuntado, durante su intervención esta semana en la jornada promovida por la Asociación de Regantes de Andalucía (Areda) en Baeza (Jaén), en el marco de la feria Futuroliva 2018, que el Gobierno andaluz dará continuidad así a los 66,2 millones de euros convocados en 2017 para mejora y la modernización de regadíos, autoproducción energética y auditorías energéticas.
Manuel García Benítez ha subrayado que la próxima orden se orientará, en especial, al impulso de las fuentes complementarias. Las aguas regeneradas y desaladas emergen, a su juicio, como «una oportunidad» para los regadíos de la comunidad autónoma, un sector con el que «compartimos la voluntad de aprovechar todas aquellas vías que garanticen una mejor disponibilidad». Para el director general, «no dejamos de avanzar, por tanto, en un proceso de modernización de regadíos que ha situado ya a nuestra región como líder indiscutible en uso responsable del recurso».
Andalucía, de hecho, con una inyección público-privada de más de 1.000 millones de euros entre 2007 y 2015, ha alcanzado ya un grado de implantación de los sistemas de riego localizado que abarca al 74% de la superficie para situarse así, según ha apostillado Manuel García, muy por encima de la media nacional, donde el índice es del 49%. Una «apuesta decidida de todos» que, como ha continuado, ha tenido un «impacto incuestionable» en forma de incremento de la productividad y empleo. No en vano, «en las zonas altamente modernizadas de cultivos intensivos la producción ha crecido en un 33% y el nivel de ocupación, en un 28%», ha apostillado el director general.
Los regadíos, en este punto, concentran en Andalucía dos tercios del empleo y de la producción de la rama agraria y aportan, bajo su punto de vista, «bienestar, sostenibilidad y riqueza». Incidir en ello es, bajo sus palabras, la meta de las nuevas líneas de fondos que, enmarcados dentro del Programa de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2020, respaldarán, en concreto, la regeneración de aguas residuales, la conexión de las comunidades de regantes a estaciones de tratamiento o la puesta en marcha de nuevos regadíos abastecidos por estos recursos no convencionales, sin olvidar, otros aspectos «esenciales» como la disminución de la dependencia energética y la autoproducción y mejora de instalaciones.