Para AMFAR, este nuevo escenario normativo constituyó todo un hito histórico, ya que supuso la creación de un marco legal y una nueva figura jurídica que permitía reconocer el trabajo «invisible» que realizaban las mujeres; así como profesionalizar su trabajo, apoyar la agricultura familiar, incentivar la participación femenina en el sector y en las organizaciones agrarias y mejorar la calidad de vida del medio rural, es decir, solucionaba todas las preocupaciones de las mujeres rurales en esta materia.
No obstante, Fuentes reconoció los obstáculos administrativos con los que se están encontrando numerosas mujeres que quieren incorporarse a esta figura legal, pero también animó a todas las asistentes a formar parte de este nuevo marco jurídico. «Estamos trabajando conjuntamente con el Ministerio de Agricultura para tratar de solucionar todas las trabas burocráticas y que ninguna mujer que decida incorporarse como Titularidad Compartida se quede fuera».
Actualmente sólo 290 mujeres se han dado de alta en Titularidad Compartida en España, 97 de ellas en Castilla-La Mancha.