Según datos de la FAO correspondientes a 2011, la media de consumo de envases en los países europeos es de 261 kilos al año por habitante y como las botellas y bolsas de leche son envases de un solo uso, se genera un gran volumen de residuo.

     Además, en su reciclado se requiere un exhaustivo lavado a alta temperatura para eliminar cualquier resto de producto y por tanto posteriores olores. Por todo ello, resulta "muy interesante" para la industria láctea y un valor añadido para los fabricantes, la elaboración de envases que una vez usados puedan ser desechados junto con el resto de basura orgánica, según el instituto tecnológico valenciano.

La dificultad es hallar ese material que sirva para todo tipo de lácteos


     Para ello, Aimplas y el resto de socios de BIOBOTTLE trabajan en el desarrollo de un material biodegradable que permita elaborar desde botellas multicapa de gran formato o bolsas como las de leche o batidos, así como botellas monocapa de menor tamaño como las que se emplean para envasar los probióticos.

     Una de las principales dificultades a las que se enfrentan los investigadores del proyecto es la de lograr un material que además de ser biodegradable cumpla los mismos requisitos que los envases convencionales empleados en la actualidad, incluyendo la resistencia a tratamientos térmicos como los de esterilización o pasteurización.

     Para ello, se ha previsto modificar los actuales materiales biodegradables comerciales mediante extrusión reactiva con el objetivo de superar las limitaciones térmicas que presentan en la actualidad dichos materiales biodegradables existentes en el mercado.

      BIOBOTTLE es un proyecto europeo dentro del Séptimo Programa Marco que cuenta con un presupuesto de un millón de euros en el que, junto a Aimplas, participan siete empresas y centros tecnológicos de Alemania (VLB), Bélgica (OWS), Italia (CNR), Portugal (VIZELPAS y ESPAÇOPLAS) y España (ALMUPLAS y ALJUAN).

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