La Asociación Interprofesional del Limón y el Pomelo, AILIMPO, ha editado una nueva versión actualizada y ampliada del Manual de Materias Activas recomendadas en limón con el objetivo de informar al sector sobre la situación legal y ajustar la oferta de producto a las exigencias legales de los diferentes mercados, así como de recomendar los tratamientos de lucha más eficaces para que, al mismo tiempo, racionalicen el trabajo tanto en campo como en los almacenes de confección.
“La seguridad alimentaria y la sanidad vegetal son un punto clave en el plan de actuación de AILIMPO, que año tras año trabaja en líneas encaminadas a la reducción de la presencia de residuos de pesticidas tanto en producto fresco como en transformado (zumos, aceites esenciales…) apoyando y promocionando un uso sostenible de los productos fitosanitarios”, señala José Antonio García, director de la interprofesional.
Desde la primera versión que elaboró AILIMPO en el año 2008, han sido numerosas las revisiones que se han realizado, adaptándose a los cambios legislativos y exigencias de mercado, con el fin de recomendar los tratamientos para diversos tipos de plagas o enfermedades en limón.
«ES UNA herramienta básica para que el sector pueda ofrecer las máximas garantías de calidad y seguridad alimentaria”
Esta nueva versión, además de haber revisado todos los productos, sus números de registro del MAPAMA y vigencia, incorpora los siguientes un nueva sección de Coadyuvantes, útiles para mejorar la adherencia y persistencia de los caldos fitosanitarios.
Asimismo, en el manual se consideran las siguientes plagas o enfermedades: Piojo Blanco, Piojo Rojo, Piojo Gris, Serpetas, Caparreta, Cotonet, Prays Citri, Ceratitis Capitata, Mosca Blanca, Pulgones, Minador, Trips, Ácaro Rojo, Araña Amarilla, Ácaro de las Maravillas, caracoles y babosas, Aguado, Podredumbre de cuello o Gomosis y Negrilla. Además, están reflejados los hongos postcosecha, el uso de herbicidas, los coadyuvantes y manchas en la piel.
Según expone el director de AILIMPO, “este manual se configura como una herramienta básica e indispensable para que el sector pueda ofrecer las máximas garantías de calidad y seguridad alimentaria”.