El Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio-AIJU coordina un proyecto que diseñará, construirá y optimizará una planta piloto para procesar cinco toneladas de biodiesel, obtenido a partir de la grasa animal procedente de residuos cárnicos, que no pueden ser utilizados ni para alimentación humana ni animal. Además de obtener biodiesel con la fracción grasa de este residuo, también se aprovecha la fracción proteica que contiene para obtener bioestimulantes o fertilizantes agrícolas.
El uso de estos bioestimulantes simplifica el ciclo del nitrógeno de las plantas, al eliminar las etapas de nitrificación. De esta forma, las plantas se nutren directamente de los aminoácidos para formar proteínas, con lo que evitan tener que sintetizarlas y, reservan esta energía, para llevar a cabo diversos procesos metabólicos que suponen un aumento en su producción.
En este sentido, una de las principales ventajas de este proyecto con grasa animal, además de la diversificación de fuentes de obtención de la materia prima, es la utilización de un proceso alternativo para obtener aminoácidos, que reduce al menos en un 96% el consumo de agua, con respecto al proceso convencional. Además, otra de las ventajas del proyecto, es que, para obtener la misma estimulación de la planta, con los bioestimulantes obtenidos se requiere entre 2 y 10 veces menos cantidad que con las disoluciones comerciales.
BIOESTIMULANTES CON GRAN POTENCIAL DE COMERCIALIZACIÓN
Los estudios realizados para la validación de los bioestimulantes obtenidos a raíz del proyecto LIFE Superbiodiesel, han permitido comprobar que éstos se ajustan a los estándares aplicables sobre mejoradores del suelo, al determinar sus buenas prestaciones a la hora de potenciar el crecimiento de las plantas, además de mostrarlos como fertilizantes orgánicos o bioestimulantes idóneos, dotándoles de un gran potencial para su comercialización.
En este sentido, desde INESCOP, se procedió a evaluar el crecimiento por germinación de diferentes variedades de plantas. Los resultados tras la germinación revelaron que, por ejemplo, en el caso de la col china, esta ve incrementado su índice de crecimiento en valores entre un 35 y un 40%, combinados con bajas dosis de los bioestimulantes.
Según Henoc Pérez, técnico responsable del ensayo en INESCOP, el proyecto LIFE Superbiodiesel desarrollará, probará y demostrará dos procesos sostenibles para la valorización integral de carnazas de calero SANDACH categoría 3 procedentes de la tenería.
“Los bioestimulantes obtenidos mediante hidrólisis enzimática a partir de la fracción proteica de las carnazas muestran una notoria mejora en la estimulación del crecimiento de las plantas respecto de otros bioestimulantes comerciales de naturaleza semejante. Además, la demostración del proceso de hidrólisis enzimática contribuirá en la disminución de la huella de carbono del proceso en un 35%, así como de la huella hídrica, al reducir un 96% el consumo de agua y la producción de agua residual respecto del proceso convencional”.
Por su parte, desde Organovac, socio del Consorcio que acoge la planta piloto en sus instalaciones de Lorca y asegura el suministro de materia prima, la grasa animal, la planta piloto tiene la posibilidad de procesar cuatro toneladas anuales de bioestimulantes.
De hecho, tanto la planta para la producción de biodiesel, como la planta enzimática para la obtención de los bioestimulantes, se encuentran en estancias anexas para facilitar que la separación en fracciones grasa y proteica de los residuos procedentes de las industrias del curtido alimenten como materia prima a los dos procesos.
Gabriel Molina, Project Manager de OrganoVac, indica que “el valor añadido de la empresa es la experiencia durante más de 85 años en la recogida selectiva y gestión de productos laterales de la industria del curtido, creando una economía circular en beneficio de la sociedad”.