Agromuralla ha calificado de «congelación encubierta del precio de la leche» la estrategia de las empresas que optaron por incrementar vía primas por volumen el precio tan sólo a entre el 10 y el 20% de las explotaciones (dependiendo de la industria), las que más leche producen, sin hacer extensiva la mejora al conjunto de las granjas.

Por eso, la asociación de ganaderos y ganaderas exige que, de cara a la próxima renovación de contratos en el mes de agosto (la vigencia de la mayoría de los contratos firmados es de cuatro meses, 1 de abril-31 de julio), las subidas se trasladen al precio base para que lleguen a todas las explotaciones.

La Ejecutiva de la asociación de ganaderas y ganaderos Agromuralla analizó esta semana las consecuencias de los nuevos contratos firmados por la industria láctea para la recogida de la leche a las granjas en Galicia que entraron en vigor el 1 de abril. «Una vez que entraron en vigor los nuevos contratos, se constata que las subidas fueron muy limitadas, centradas únicamente en una pequeña minoría de explotaciones, sin que la mejora de los precios de la leche esté llegando de manera generalizada al conjunto del sector productor», denuncian.

«La finalidad de Agromuralla es defender al conjunto del sector, sean grandes o pequeños productores», aclaran ante lo que consideran que es una «congelación encubierta del precio de la leche».

DIFERENCIAS INJUSTIFICADAS ENTRE GRANJAS GRANDES Y PEQUEÑAS

Para Agromuralla, la decisión de las empresas que más leche recogen en Galicia (caso de Lactalis y Larsa) de «congelar» el precio base e incrementar las bonificaciones por volumen de entregas, una tendencia que se está trasladando también la otras industrias, como el Grupo Lence (Leche Río y Leyma), Leche Celta o Reny Picot, lo que supone «una manera de disfrazar una mejora limitada en el precio general de la totalidad de la leche que compran», afirma.

Según el análisis realizada en base a los contratos firmados, y la falta de conocer los datos oficiales que publica el Ministerio de Agricultura en relación a la evolución mensual del precio de la leche, Agromuralla estima que «la subida real para el conjunto de las explotaciones con los nuevos contratos será de entre medio céntimo y un céntimo, incrementándose de manera notable a diferencia entre las granjas más grandes y las pequeñas y medianas», lo que supone «un castigo injustificado para la mayor parte de las ganaderías gallegas, que mueven entre 50 y 100 vacas», pues para beneficiarse realmente de los incrementos de precio vía volumen fijados por las industrias en el contrato que entró en vigor el 1 de abril hay que entregar mensualmente más de 200.000 litros de leche, lo que equivale a ordeñar unas 200 vacas.

Asimismo, la asociación pide a la Administración gallega «que no permita prácticas abusivas en su territorio» y que controle el diferencial de precio que tienen las granjas gallegas a respeto del resto del Estado y también entre sí, «no permitiendo que se castigue a las granjas pequeñas por el mero hecho de sello».

El diferencial de precios segundo el tamaño de la explotación se incrementó con la actual renovación de contratos hasta alcanzar los 7 céntimos de diferencia. «Las industrias acaban imponiendo sus condiciones debido a la falta de capacidad que sigue teniendo el productor», asegura Agrumuralla. «Resulta injustificado que dos granjas vecinas de la misma parroquia, que entregan la leche a la misma empresa, una cobre la leche a 50 céntimos y la otra la 43 cuando el camión que les recoge la leche es el mismo», argumenta. «A nivel logístico, las pequeñas granjas también son útiles a las industrias para completar los camiones de recogida», dice Agromuralla, por lo que considera «una falacia el argumento del incremento de costes de transporte para penalizar a las granjas pequeñas».

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