Quién mejor que quien viene del campo para saber qué necesita el propio campo. Por eso, las técnicas de Agromarketing se utilizan en todos los rincones de la «agroindustria», incluidas las pequeñas granjas, grandes explotaciones y los colectivos; los distribuidores; los fabricantes de maquinaria agrícola, plaguicidas y mejoras genéticas para cultivos y ganado; los vendedores de piensos y semillas; y más. Además, también hay organismos gubernamentales que aplican estas prácticas de marketing agrícola.
Los agricultores buscan precios más altos para sus productos y protección contra las fluctuaciones de precios. Tratan de reducir la cantidad de residuos post-cosecha, y asegurar garantías para la venta de sus productos. También pueden trabajar para abrir nuevos mercados o canales, como la venta directa a través de internet.
Las empresas agroquímicas promueven soluciones a los problemas de las explotaciones agrícolas, ofreciendo a los agricultores mayores rendimientos y protección contra las plagas. Sin embargo, muchas soluciones se resistirían con mayor fuerza por parte de los consumidores, si no fuera por la eficacia de las estrategias de marketing agrícola.
El objetivo final del agromarketing son aquellos que realmente compran y comen los productos agrícolas. Como esta base de consumidores representa a casi todos, las campañas de comercialización a menudo se centran en un segmento de la población a la vez. Las personas de diferentes regiones, así como de diferentes contextos culturales y socioeconómicos, tienden a comprar alimentos diferentes.
Así pues, las campañas en favor de los alimentos «orgánicos», así como las que promueven prácticas «ambientalmente responsables», son más eficaces entre los ricos que entre los pobres. Las campañas que promueven los productos locales (y por implicación, la economía local) son más eficaces entre la clase media. Dado que el consumo de alimentos varía mucho entre los grupos étnicos, otras campañas aprovechan los usos de los productos en la cocina étnica o como sustitutos de los ingredientes tradicionales.
PRINCIPALES DESAFIOS PARA LA COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS AGRÍCOLAS
La comercialización consiste fundamentalmente en comunicar información para aumentar la demanda de un producto o servicio. La reunión y el uso eficaces de información en la comercialización agrícola plantea algunos desafíos singulares.
El desafío principal para la comercialización agrícola es la marca del producto. Los productos similares o competitivos suelen tener nombres diferentes. Algunas campañas se centran en la cuestión del nombre de un producto, estableciendo su marca en la mente de los consumidores.
Las campañas eficaces de marketing agroalimentario se desarrollan con múltiples destinatarios, entre ellos los consumidores, los restaurantes, los supermercados y las industrias gubernamentales.
De hecho, algunos países organizan programas de comercialización, es decir, los productores deben pagar al estado por sus esfuerzos de comercialización en nombre de la industria. El estado se dedica a la comercialización genérica en lugar de la de marca, con el objetivo de aumentar la demanda de los consumidores de un producto determinado (como es el caso de España con el aceite de oliva, vino, queso…) en lugar de una marca en particular. El estado también emite requisitos relativos a la calidad, el tamaño y el embalaje de los productos, normalizando muchos productos agrícolas entre diferentes productores.