Pascual Soler / Presidente Provincial de ASAJA Almería

Todos los días, y más de una vez, necesitamos a un agricultor o ganadero, da igual nuestras preferencias de consumo, si somos vegetarianos, veganos…pues la agricultura y la ganadería están ligadas a nuestra vida desde el origen del hombre, y gracias a lo que el campo nos ha dado hemos ido evolucionando hasta niveles inimaginables.

Por eso, y aprovechando que se celebra el Día Mundial de la Agricultura y es momento de rendir homenaje y poner en valor a los hombres y mujeres que se dedican a cultivar la tierra, como Presidente de una asociación de agricultores y ganaderos como lo es ASAJA, quisiera además, destacar no sólo que somos imprescindibles sino que somos los grandes desconocidos por un importante núcleo de población.

Tenemos la ventaja de ser una provincia agrícola que da empleo a miles de familias y que ha luchado contra adversidades como el clima y la escasez de lluvias, la falta de comunicaciones y el aislamiento hasta llegar a ser un referente para otras regiones, e incluso países. El milagro, como dicen, no es otro que el esfuerzo y el trabajo sin descanso, la dedicación y muchas noches sin dormir. Y por supuesto, hay que destacar la capacidad de adaptación a los cambios y exigencias de los mercados, apostando por palabras que para muchos otros son retos pero para el agro de la provincia están ya superados como son la sostenibilidad y la seguridad alimentaria. Ya se dice popularmente que “con las cosas de comer no se juega” y eso nos lo hemos aprendido, y bien.

En cambio, tenemos un asunto pendiente no menos importante que todo lo anterior, tenemos como reto vital el precio, no es de recibo que agricultores y ganaderos sigan percibiendo precios de hace 20 años cuando ni los costes son los mismos, ni la forma de producir es la misma. La agricultura y la ganadería, que son parte de la solución a la despoblación, y a la hambruna en los países subdesarrollados, tienen además que ser sostenibles para aquellos que le dedican su vida. La agricultura, no es un hobby, es una actividad profesional que necesita darle también a los que producen la rentabilidad necesaria para poder subsistir. ¿Se imaginan los montes sin ganado, los árboles sin cuidar, o la tierra sin labrar?

Visto lo visto hace falta que los agricultores y los ganaderos levantemos la cabeza y empecemos a decir alto y claro cómo surge el milagro que aparece a diario en las estanterías del supermercado, cada vez de forma más cuidada y trabajada, que permiten al ciudadano contar con una variedad de productos que de otra manera sería imposible,  porque esto es una cadena en la que todos los eslabones juegan un papel importante y en la que es preciso que la relación sea justa y equilibrada, y que dignifique nuestros productos, no los regale.

Por eso, y porque para nosotros los 365 días son el Día de la Agricultura, reflexionemos y trabajemos por que se reconozca la labor que hacen el agricultor y ganadero más allá del 9 de septiembre.

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