Aunque la legislación indica que la administración puede exigir a las instalaciones la aportación de la información necesaria para efectuar este proceso de actualización, la Dirección General de Calidad e Impacto Ambiental lo ha realizado de oficio y ha evitado un "esfuerzo adicional" a las empresas, al no exigir que aporten documentación técnica sobre determinados aspectos.

    Algunas fábricas o explotaciones sujetas a autorización ambiental integrada están en situación de cierre temporal debido a la crisis y funcionan únicamente una parte del año, y otras han cerrado aunque desean mantener la citada autorización porque confían en reabrir en los próximos años.

    También hay empresas inmersas en procedimientos de concurso de acreedores o en fases de liquidación que no han comunicado su intención de desistir de estos permisos ambientales por no perder un activo más de la empresa, por descuido o porque no han finalizado aún todas las gestiones necesarias para llevarlo a cabo.

    En este sentido, la nota de prensa informa de que puede ocurrir que la empresa que se encuentra bajo estas situaciones desconoce el uso futuro de la instalación, pero ante posibles compradores con intención de retomar la actividad de la planta tiene un "mayor atractivo" una instalación que mantenga vigente su autorización ambiental integrada.

    Por este motivo se mantienen en ocasiones estas autorizaciones incluso después del cese de su actividad, siempre que cumplan los requisitos correspondientes.

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