EFE.- En declaraciones a Efe, Paulino Marcos indica que estas partidas servirán de «colchón» para pagar gastos como el carburante utilizado para realizar la trashumancia o afrontar las pérdidas de este año debido a la escasez de producción.
Los productores hicieron un llamamiento el pasado mes para recibir el cobro de estas partidas contempladas por el beneficio agroambiental de los apicultores a la dehesa y a los territorios extremeños.
Los apicultores precisan estas ayudas tras la mala campaña dentro de la comunidad, donde solo se ha recogido un 25 por ciento de miel de primavera respecto a una campaña normal, debido al excesivo calor de los pasados marzo y abril.
Ante estas perspectivas, los apicultores del norte de Extremadura han iniciado ya la trashumancia a tierras castellanoleonesas, gallegas y cántabras, aunque el tiempo tampoco está acompañando, en este caso por un final de primavera más frío de lo normal.
Los apicultores extremeños se vieron obligados a adelantar unos días esta trashumancia, pero se han encontrado con tierras norteñas «muy secas» debido al inicio de verano «atípico», con frío y ausencia de sol.
«El sector extremeño tiene una gran incertidumbre hoy día», según ha expresado Paulino Marcos, que prevé la peor campaña -contabilizando la producción dentro y fuera de la comunidad- en 10 años si no mejoran las condiciones climatológicas en el norte de la Península.
Ha recordado que cuando los apicultores extremeños inician tradicionalmente la trashumancia, ya han recolectado una buena parte en su propia comunidad autónoma, situación que este año no se ha producido apenas.
Paulino Marcos considera «rarísimo» y «atípico» lo que ha sucedido este año, por la coincidencia de una primavera muy calurosa en la comunidad, y un final de estación frío en Castilla y León, Galicia y Cantabria.
«Pasamos de unas temperaturas que rondaron los 40 grados a finales de marzo a unas actuales de 15 grados; -explica Paulino Marcos- esa situación rompe a las plantas y a las abejas las descoloca».