En su intervención, ha recordado que “tenemos que hablar sobre feminización de la pobreza porque todavía muchas mujeres siguen sin poder acceder a la propiedad o continúan realizando un trabajo invisible como colaboradoras de sus cónyuges en las explotaciones agrarias y ganaderas y, por tanto, siguen sin tener reconocidos sus derechos económicos y sociales porque ni perciben un salario ni tienen acceso a prestaciones como el permiso de maternidad, la sanidad, la incapacidad laboral o una pensión de jubilación, lo que coloca a muchas de estas mujeres en riesgo de pobreza”.
En Europa el 41% de las personas que trabajan en agricultura son mujeres
En Europa, ha señalado la presidenta nacional de AFAMMER, “se calcula que 17,9 millones de personas trabajan en la agricultura, de los que el 41% son mujeres y de ellas el 78% trabajan como colaboradoras de sus esposos y en ninguno de los países de la Unión Europea el número de colaboradoras de sus cónyuges baja del 60%”.
Esto significa, según ha señalado, que “estas mujeres que realizan este trabajo invisible, no cuantificado y no reconocido, no perciben ingresos aparte de los de sus maridos u otros miembros masculinos de la casa”. Por ello, ha subrayado la necesidad de avanzar en la legislación que promueva la cotitularidad y ha recordado, en este sentido en Europa, tan sólo tres países: Bélgica, Francia y España cuentan con leyes de titularidad compartida que permiten a las mujeres colaboradoras de explotaciones agrarias acceder a esta figura que las iguala en derechos a sus cónyuges.
Por otra parte, Carmen Quintanilla, ha puesto de manifiesto que “también debemos hablar de feminización de la pobreza porque las mujeres siguen poniendo rostro al trabajo temporal, el empleo en precario y a la brecha salarial”. Así, ha argumentado que “en Europa la tasa de actividad de las mujeres se sitúa 12,1 puntos porcentuales por debajo de las de los hombres y que esta diferencia se incrementa mucho más en el medio rural; el 90% de las mujeres que trabajan en las explotaciones agrarias lo hacen a tiempo parcial; una proporción importante de mujeres tiene un trabajo como temporeras, en muchas ocasiones regido por la economía sumergida, mientras que en lo que respecta a la brecha salarial las mujeres en Europa cobran un 16,4% menos que los hombres”.
Entre las causas de la feminización de la pobreza en el medio rural europeo, la presidenta nacional de AFAMMER también ha destacado el sobreenvejecimiento femenino en los pueblos. De hecho, según ha explicado, el 80% de los hogares unipersonales en las zonas rurales de Europa con personas de 65 años de edad o más están formados por mujeres y “estas mujeres, en muchas ocasiones, son mujeres que se han quedado viudas y que malviven con una pensión de viudedad ya que aunque han dedicado su vida a trabajar en el campo, lo han hecho como colaboradoras y, por tanto, no tienen reconocida una pensión propia porque su trabajo no ha sido reconocido”.
Más vulnerable a la violencia de género
En otro orden de cosas pero al hilo de lo anterior, Carmen Quintanilla ha recordado, además, que el riesgo de pobreza en las mujeres del medio rural las lleva a ser más vulnerables ante la violencia de género y a ser víctimas de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
En este punto, ha informado de que más de 9 millones de mujeres en Europa sufren violencia de género y sólo el 14% de ellas denuncia su situación, por lo que la violencia contra las mujeres sigue “oculta y en silencio, un silencio que es mucho mayor en el medio rural”. Asimismo, ha destacado que anualmente unas 100.000 mujeres y niñas entran en Europa como víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual y “aunque es prácticamente imposible saber el número exacto de mujeres que son sacadas de cada país, lo que sí figura en los datos existentes es que un gran número de estas mujeres proceden de países del continente europeo como Rumanía, Bulgaria, Ucrania y Rusia.
En este punto también ha pedido que se potencie la elaboración y aprobación de leyes que persigan y castiguen la violencia de género y la trata de seres humanos como se ha hecho en España, que es un país pionero y que sirve de ejemplo en este sentido.
Son necesarias implementar todas las medidas para que tomen decisiones
Por último, la presidenta nacional de AFAMMER ha recordado también la necesidad de implementar todas las medidas necesarias para fomentar la presencia de las mujeres del medio rural en la toma de decisiones, todavía muy escasa y que les impide avanzar en su empoderamiento y en ocupar el lugar que, por derecho y justicia les corresponde”.
Como cierre a su intervención, la presidenta nacional de AFAMMER, ha manifestado que “a mayor igualdad, mayor riqueza y progreso para todos y por eso desde los organismos internacionales, los gobiernos de todo el mundo y desde las organizaciones no gubernamentales debemos aunar esfuerzos y caminar todos juntos para que la igualdad legal y real pronto pueda dejar de ser una utopía y se convierta en una realidad en la vida de las mujeres en general y, sobre todo, de las mujeres que viven en el mundo rural”.
AFAMMER ha sido la única organización de mujeres rurales de España que ha intervenido en la 58ª sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
En el “side event” organizado por AFAMMER, además de la presidenta nacional de esta organización no gubernamental, han intervenido John Hendra, director ejecutivo adjunto de ONU Mujeres; Laura López de Cerain, directora de Cooperación Multilateral, Horizontal y Financiera de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); Carmen Plaza, directora general de Igualdad de Oportunidades y del Instituto de la Mujer del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España; Paloma Durán, asesora senior del Fondo para los Objetivos de Desarrollo del Milenio (F-ODM) y Joanna Rubinstein, del Earth Institute de la Universidad de Columbia. La encargada de moderar el panel ha sido Florence von Erb, representante de AFAMMER.