Aunque en un principio, el proyecto estará vigente hasta finales de año la intención es que siga funcionando a través de otras fuentes de financiación y que sea permanente.
La puesta en marcha de este importante y novedoso proyecto ha sido posible gracias a la colaboración y financiación en un 50% del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, organismo al que tanto Quintanilla como Martín agradecieron su apoyo, “ya que sin la ayuda de la administración regional no habría sido posible que este centro sea una realidad”.
En este sentido, la presidenta nacional de AFAMMER agradeció “la gran sensibilidad del Gobierno de Castilla-La Mancha, que entiende que es necesario poner en marcha todos los mecanismos de asistencia y protección a las víctimas de cualquier tipo de violencia ejercida contra la mujer como es también la trata con fines de explotación sexual”.
13.000 mujeres están en riesgo de ser explotadas por mafias en España
Carmen Quintanilla recordó que, aunque es difícil conocer las cifras reales, según la ONU alrededor de dos millones y medio de mujeres y niñas al año son víctimas de la trata con fines de explotación sexual, una actividad delictiva que mueve miles de millones. En el caso de España señaló que, según los datos del Ministerio de Interior, unas 13.000 mujeres están en riesgo de ser explotadas sexualmente por redes y mafias internacionales.
Asimismo, subrayó que “se trata de mujeres muy vulnerables, que han sido captadas en sus países de origen: países del Este de Europa, Brasil, Colombia, Nigeria, sobre todo, muchas veces con promesas de trabajo engañosas o incluso vendidas por sus propias familias y acaban viviendo el drama de ser obligadas a ejercer la prostitución bajo coacción y amenazas, sin documentación y con fuertes deudas, llegando a ser obligadas a hacer 30 o 40 servicios diarios”. Por eso, añadió, “es importante que cuenten con una asistencia psicológica y jurídica, con esa primera mano amiga que las escuche”.
Quintanilla señaló que “AFAMMER ha dado un paso más en su actividad, porque somos conscientes de que no sólo debemos hablar y actuar en lo que respecta al empoderamiento y la igualdad de las mujeres rurales sino que también debemos involucrarnos en luchar contra esta nueva lacra como es la trata con fines de explotación sexual, cuyas víctimas proceden también en muchos casos del medio rural de otros países, mujeres que ven vulnerados sus derechos y contra las que se ejerce esta otra forma de violencia”.