Un grupo de agricultores y ganaderos de la comarca del Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, han mostrado su gran preocupación ante la nueva Política Agraria Común (PAC) advirtiendo que “como se desarrolle tal y como hasta ahora está planteada significará la sentencia de muerte para la España despoblada” al permitirse que el agricultor a tiempo parcial pueda acogerse a las ayudas, lo que en su opinión perjudicaría a los profesioales en detrimento de los “agricultores de fin de semana”.

Como ejemplo, ponen su propia comarca, donde tan solo el 20% de los agricultores y ganaderos que perciben ayudas de la PAC viven en este territorio, pues el resto habitan a diario en ciudades como Madrid o Albacete y no son profesionales del sector primario, si acaso, “agricultores de fin de semana”, señalan.

Por ello, demandan al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que prime en las ayudas de la PAC a los agricultores y ganaderos que habitan en zonas despobladas, “pues solo así contribuirán a frenar la despoblación que en el Campo de Montiel lleva años haciendo estragos”.

Señalan que el principal ecoesquema de la nueva Política Agraria Común debería ser el que pare la despoblación, generando empleo y riqueza en pueblos que en los últimos años han visto diezmadas sus poblaciones. Además, añaden que con una PAC con ayudas a las primeras hectáreas se premia a personas que no suelen residir en donde tienen su explotación ni ser la agricultura su primera actividad.

CONVERGENCIA DE LA PAC

También instan al Ministerio a instaurar la convergencia 100 por 100 de las ayudas con carácter urgente, pues de lo contrario, en muchas zonas de España, como en el Campo de Montiel, agricultura y ganadería desaparecerán en unas décadas.

Piden también ayudas específicas al olivar tradicional de baja producción, que ya está siendo abandonado por los agricultores por falta de rentabilidad, y que se potencien las infraestructuras hidráulicas, para que las explotaciones puedan ser rentables. Lamentan que en el Campo de Montiel solo el 1% de la superficie se destina a agricultura de regadío “y así es imposible salir adelante”.

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