También han destacado el caso de la zona leonesa de Riaño, donde se lleva a cabo "la modalidad de caza más salvaje" dentro de espacios protegidos o áreas con especies protegidas, que son las batidas de caza con perros de presa, permitidas por la Junta en cotos de caza, integrados o limítrofes al Parque Regional de Picos de Europa.

     "Una modalidad autorizada en zonas oseras y urogalleras de la Cordillera Cantábrica, ignorando los Planes de Recuperación de estas especies", ha insistido FAPAS, que recuerda que en estas batidas pueden participar 70 cazadores con escopetas y hasta 90 perros de presa.

     Además FAPAS cree que "la intensidad desatada de las batidas al jabalí y la utilización de estos perros de caza, adiestrados para matar" es una de las causas por las que la población de urogallo y de oso pardo, en la zona oriental de la Cordillera Cantábrica, no evolucionan favorablemente.

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