En estos momentos, en Salamanca apenas se ha sacado el 20% de la cosecha. Por todo esto, según se señala en una nota, desde ASAJA Salamanca se insiste en la necesidad de poner en marcha inmediatamente una importante campaña de promoción de consumo de patata de Castilla y León. Además, se pide al Ministerio de Hacienda fuertes medidas fiscales para no agravar más la situación económica de estos profesionales.
Para la organización agraria, la enorme magnitud del problema, provocado en parte por la buena cosecha a nivel internacional, los precios fijados en los mercados a futuro de las principales bolsas mundiales, el problema político entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea, la escasa demanda de patata española que hay en Cataluña, que prefiere abastecerse de la francesa, así como algunas estrategias comerciales acontecidas en España, "está afectando de forma muy negativa al sector productor salmantino, que ve como los mercados están saturados de producto, en detrimento de la patata de calidad que se produce en Castilla y León".
Por último recalcan que los bajos precios que se ofertan al agricultor "son claramente insuficientes para cubrir los elevados gastos que conlleva producir este producto. Al precio de la semilla, hay que añadirle el coste de dos campañas de fertilizantes, la aplicación de fitosanitarios, el coste energético del riego y la amortización de esas infraestructuras, gasóleo, el de la recolección, cargar las patatas en los camiones… en total más de 4.000 euros por hectárea, que superan ampliamente lo que están percibiendo los agricultores en este momento".