Acción contra el hambre .- La crisis actual en Somalia ha sido ocasionada por la combinación de la sequía y el brusco aumento de los precios de los alimentos, agravada por un conflicto prolongado, lo que está provocando una crisis nutricional más aguda aún. Las pobres cosechas anteriores, la escasez de alimentos y la inflación de los precios hacen que un saco de 50 kilos de maíz cuesten actualmente 30 dólares en Wajid (Bakool) y 45 dólares en Mogadiscio, mientras que antes costaban aproximadamente unos 6 dólares: son precios inaccesibles para la gran mayoría de la población y destinados a permanecer en el mismo nivel al menos hasta el próximo año, cuando se produzca una nueva cosecha en enero.
Ante la casi ausencia de organizaciones humanitarias en el sur de Somalia, las familias somalíes que han perdido gran parte de su ganado y de medios de vida no tienen otra alternativa que ir a buscar ayuda a Mogadiscio o a los países vecinos para salvar sus vidas. 2,85 millones de personas en Somalia están siendo severamente afectadas por esta crisis humanitaria, y se han encontrado zonas de hambruna local en algunas partes del país. Tanto los adultos como los niños están siendo afectados por la desnutrición; mujeres, ancianos y niños, especialmente los menores de 5 años (uno de cada tres padece desnutrición aguda en el sur del país), son los más vulnerables.
En el sur de Somalia, los equipos de Acción contra el Hambre se encuentran con un número creciente de niños desnutridos: en junio, tras realizar encuestas en los centros nutricionales de Acción contra el Hambre en el departamento de Wajid, se descubrió que el 80,7% de los 1.443 niños que participaban en nuestros programas padecían desnutrición aguda. En Mogadiscio, 2.159 de los 3.044 niños tratados en el marco de programas nutricionales de Acción contra el Hambre padecían desnutrición aguda; esto se traduce en un porcentaje del 71,6% de niños desnutridos en junio, comparado con el 52,7% durante el mes de enero, cuando la crisis ya era muy grave.
Los desplazados internos que llegan a Mogadiscio están física y mentalmente exhaustos y en condiciones que el equipo de Acción contra el Hambre no había visto nunca: tienen que recorrer largas distancias en condiciones muy duras durante varias semanas y se instalan en las afueras de Mogadiscio donde esperan encontrar un refugio y ayuda.
Las condiciones físicas de los niños se deterioran rápidamente y a veces Acción contra el Hambre es incapaz de salvarlos de la desnutrición: en nuestros programas de tratamiento se ha informado de algunas muertes y la escasez de alimentos en las familias lleva puntualmente a repartir alimentos terapéuticos entre los miembros de los hogares, ya que algunos siguen dependiendo, y cada vez más, de ellos como única fuente de alimento disponible.
Más de 420.000 desplazados internos están viviendo en las afueras de la capital Mogadiscio, a la que cientos llegan cada día. La situación en Mogadiscio sigue deteriorándose tan rápido como aumenta el número de desplazados.
Frente a esta dramática situación, Acción contra el Hambre pide a la comunidad internacional una intervención inmediata para proporcionar ayuda suficiente a la población y evitar una inminente hambruna. La respuesta humanitaria actual es limitada por la falta de fondos suficientes.