el consumo de mandarinas y especialmente de naranjas, lleva más de diez años retrocediendo en nuestro país (ver gráfica). Este retroceso es aún mayor en Andalucía, que es además la primera región productora de naranja de España. Por eso, desde ASAJA Andalucía abogan por impulsar una interprofesional andaluza de cítricos que fomente el consumo nte la reducción progresiva del consumo

Según ponen de manifiesto los datos del panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, el consumo de naranja en los hogares ha pasado de los más de 21 kilos por persona al año de 2013 a los 11,88 que se registraron en 2023. No llegamos ni a un kilo por persona y mes.

En el caso de Andalucía el descenso es aún mayor. Los andaluces consumen 10,82 kilos de naranjas por persona y año. Poco más de 900 gramos por persona y mes.

Estos datos han hecho saltar todas las alarmas. Es muy difícil de entender este retroceso cuando los españoles en general, y los andaluces en particular, cuentan con la mejor naranja del mundo de kilómetro cero y cuando en todas las encuestas de opinión la preocupación por la salud y la nutrición ocupa hoy en día un lugar preeminente.

ASAJA-Andalucía sostiene que el origen de este problema está en que naranjas y mandarinas “no tienen quien las quiera, es decir, no cuentan con los instrumentos necesarios para garantizar su promoción y el fomento de su consumo, tal como tienen otras producciones agroalimentarias de nuestro país o incluso dentro del sector de los cítricos, los propios limones, que cuentan con una organización interprofesional plenamente operativa que está centrada en el fomento del consumo y la promoción nacional e internacional de la producción española de limones».

Es por ello, por lo que a la luz de estos últimos datos, ASAJA-Andalucía defiende la necesidad de contar con una Interprofesional andaluza de cítricos que, con  la colaboración de todos los agentes del sector y de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, permita poner en marcha campañas de promoción que difundan las bondades de las naranjas y mandarinas andaluzas y fomenten su consumo, en primer lugar en Andalucía y en España, donde tanto terrero se ha perdido ya, y posteriormente, en el resto de la Unión Europea.

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