Un ganadero de 54 años ha muerto este fin de semana en su finca de Gama, en Bárcena de Cicero (Cantabria), por los golpes y heridas provocadas por las embestidas de un toro, que tuvo que ser abatido para poder recuperar el cadáver.
Se da la casualidad de que entre los comentarios que circulaban por esta localidad, incluso uno recogido en los informativos de RTVE, el propietario del animal intentó venderlo justo el día antes, pero al final no llegó a un acuerdo. No pudo cerrar el trato.
El alcalde del municipio,, Gumersindo Ranero, ha explicado a Efe que fueron unos niños quienes dieron la voz de alarma tras escuchar los «fuertes» bramidos del animal y encontrar al ganadero «tirado en el suelo».
Fue necesaria la intervención de un guardia civil del Seprona para abatir al toro y poder recuperar el cadáver
Los Servicios de Emergencias del 112 de Cantabria movilizaron a Guardia Civil, a los servicios de atención psicosocial de Cruz Roja y sanitarios del 061, quienes tuvieron que esperar varias horas para acceder al cuerpo ante la bravura que presentaba el astado.
Finalmente, fue necesaria la intervención de un guardia civil del Seprona para abatir al toro y poder recuperar el cadáver del ganadero.
«Nadie sabe qué pudo pasar», ha lamentado el alcalde, quien afirma que la noticia ha conmocionado al pueblo al tratarse de una familia «muy conocida» en la zona.
El hombre, casado y con dos hijos, compaginaba otras ocupaciones con la ganadería en la finca, situada a unos cien metros de su domicilio.
(Foto: Recurso. Archivo)