Ginés Mena / Efeagro
Las exportaciones de vino atraviesan por un buen momento aunque se enfrentan a problemas como el bajo precio de venta en muchos casos y, especialmente, a las más de 600 barreras o trabas comerciales que soportan los productos españoles y europeos en países de todo el mundo, como Brasil, EEUU y en Asia.
Las bodegas han catalogado más de 600 trabas comerciales de diverso tipo que frenan la exportación, como es el caso de Brasil que, ante la presión de su potente industria cervecera, mantiene restricciones a las importaciones al alegar que un producto usado y autorizado en Europa para la clarificación («cola de pescado»), es alérgeno.
El comercio exterior representa tan sólo un 10 ó 20% de lo que debería ser, si no existieran estos obstáculos
A veces, los obstáculos arancelarios o no arancelarios son tan fuertes, que impiden entrar en mercados como La India, pese a su gran potencial, al ser uno de los más poblados del Planeta.
EEUU exige a las bodegas españolas contar con importadores si quieren vender allí, lo que complica las operaciones y eleva los costes de venta; y en Asia, varios países mantienen definiciones y trabas comerciales que obstaculizan el comercio de nuestros productos, explica el secretario general de la patronal del vino (FEV), Pau Roca.
El comercio exterior representa tan sólo un 10 ó 20% de lo que debería ser, si no existieran estos obstáculos técnicos o fiscales, prosigue.
Por otra parte, el vino se enfrenta a las incertidumbres derivadas del sorpresivo Brexit en Reino Unido o la victoria de Donald Trump, contra todo pronóstico, en las presidenciales en EEUU.
Las perspectivas de cara al Brexit o lafirma del CETA son buenas para el sector
Dejando de lado las trabas comerciales, sobre el Bréxit, la patronal de bodegas cree que «desde un punto de vista político nos va a favorecer» porque «el equilibrio entre vinos y ‘spirits’ se decanta muchísimo a favor de los primeros».
Y la firma del CETA entre la Unión Europea y Canadá habilitará un mecanismo de resolución de conflictos más ágil -antes se debía recurrir a la OMC-, se respetarán ahora las denominaciones de origen y se pondrá freno a la discriminación que sufrían los vinos europeos en los «monopolios» provinciales canadienses, explican las bodegas.
En todo caso, nuevas oportunidades se abren en el escenario internacional y, tal y como plantea el director del OEMV, Rafael del Rey, «la inmensa mayoría del vino español se vende fuera y continuará así en los próximos años porque el futuro está ahí».
Las ventas exteriores de vino tranquilo envasado crecieron el 1,9 % en valor durante los ocho primeros meses del año, hasta 1.023,7 millones de euros, si bien las de granel cayeron el 6,1%, con 325,7 millones, según el Observatorio del Mercado del Vino (OEMV).
Eso sí, el sector debe adaptarse a los cambios, mantiene Del Rey: se mantendrá el consumo mundial -se estancará o caerá en los países tradicionales y crecerá en Asia y Norteamérica-; se demandarán vinos envasados más frescos, espumosos y «premium», al tiempo que también se prevén modificaciones de peso en la venta de los graneles.
En concreto, la venta del granel tradicional que España envía ahora a Francia o Italia «irá a menos» -subraya el director de la OEMV- pero crecerá la demanda para envasar en países de destino -EEUU, Reino Unido, Alemania y Asia- para la distribución local.
En este contexto, los mercados mundiales tendrán la llave de la evolución de la industria española y el futuro del viticultor, ya que los precios vienen muy condicionados por la comercialización.
Desigual comportamiento de los precios medios de los vinos sin denominación de origen
De momento, los precios medios de los vinos sin denominación de origen ni indicación geográfica tienen un desigual comportamiento y, mientras el blanco incrementa su valor en un 2,72 % durante la primera semana de noviembre, los tintos descienden un 0,63 % y se sitúan en 2,27 y 2,92 euros por hectogrado, respectivamente.
Por mercados de referencia, los blancos se pagan a 2,60 euros/hgdo en Albacete; 2,64 en Badajoz; 2,27 en Ciudad Real; 2,29 en Cuenca y 1,80 euros por hectogrado en Toledo, según los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Los tintos lo hacen a 3,04 euros en Albacete; 2,44 en Ciudad Real; 3,20 en Cuenca; 2,85 en Badajoz; 3,05 en Murcia; 3,15 en Toledo y 3,16 euros por hectogrado en Valencia.
Salvo contratiempos, los productores confían que las menores disponibilidades de vino este año en los mercados mundiales den alas a las cotizaciones y a las ventas con mayor rentabilidad.