Ante el inicio de la nueva campaña de leche de cabra, COAG Andalucía subraya la necesidad de revisar los precios y demanda una subida respecto a los vigentes desde el pasado mes de mayo. La organización advierte de que la actual situación de precios bajos, que alcanza hasta un 30% con respecto a 2014, está provocando el incremento del número de sacrificios de hembras reproductoras con la consiguiente pérdida de capacidad productiva.
COAG lamenta que los ganaderos llevan dos años de desgaste económico, soportando un descenso continuado de precios «que no se puede mantener y que compromete seriamente la viabilidad de las más de 7000 explotaciones de caprino de orientación láctea de esta comunidad autónoma».
COAG LAMENTA el incremento de reproductoras sacrificadas en los mataderos andaluces ante las dificultades para mantenerlas
COAG recuerda que desde el mes de enero de 2016 los precios han experimentado un descenso continuo mes a mes que se ha acumulado al sufrido durante el año 2015. Éste suponía ya una bajada de alrededor del 20% de media respecto al año anterior, alcanzado prácticamente un 30% en dos años. Esta organización agraria ha denunciado este hecho en numerosas ocasiones durante el largo tiempo que dura ya esta coyuntura.
En este sentido, advierte de que si se comparan los meses de junio de los tres últimos años, el precio del litro ha caído 0,22€ desde los 0,717 €/l de 2014 hasta los 0,496 €/l de 2016, pasando por los 0,536 de junio 2015 (Datos publicados por FEGA procedentes de las declaraciones obligatorias en el sector lácteo). «Este descenso, superior al 30%, pone en riesgo la continuidad del sector caprino andaluz, que actualmente aporta más del 35% del censo español y más del 40% de la producción estatal de leche de cabra», señala la organización.
Asimismo, incide en que esta pérdida de rentabilidad «Trae consigo consecuencias como el incremento del número de reproductoras sacrificadas en los mataderos andaluces, ante las dificultades para mantenerlas por no poder asumir los costes de producción, con la consiguiente pérdida de capacidad productiva para las granjas andaluzas y su negativa repercusión en el desarrollo sectorial.». Actualmente, se sacrifican unas 4.000 cabras por semana y la tendencia es creciente.
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