Elena Sánchez Laso / Efeagro
La desertificación en España, el país europeo con más riesgo de sufrir este problema, alcanza ya el 20 por ciento del territorio, inducido por una actividad humana inadecuada en el uso del suelo y por la aridez de sus tierras.
Alrededor de dos terceras partes de la superficie española están expuestas a este problema y un 1 por ciento se degrada activamente, explica en una entrevista con EFE, Jaime Martínez Valderrama, Investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
ACLARAN QUE el concepto de desertización se considera una «expansión de los desiertos», que en nada se ajusta a la realidad
El experto aclara que el concepto de desertificación se asienta sobre dos pilares: el primero tiene que ver con la aridez del territorio, concretamente en lugares donde hay un clima subhúmedo-seco, semiárido o árido y el segundo con una actividad humana inadecuada en el uso del territorio, detalla Valderrama.
En su opinión, es importante dejar claro este concepto porque en el ámbito popular, el concepto de desertización se considera una «expansión de los desiertos», que en nada se ajusta a la realidad.
«Los desiertos son ecosistemas maduros y muy áridos con una productividad baja sin relación alguna con una mala gestión de los recursos».
A este respecto aclara que el «mal llamado desierto de Tabernas en Almería» no es un desierto, sino un singular paraje fruto de hundimientos tectónicos.
Los cultivos herbáceos son el paisaje con más riesgo de desertificación, a ganadería ya no representa un gran problema
Los cultivos herbáceos son el paisaje con más riesgo de desertificación -detalla Valderrama- quien afirma que el sobrepastoreo y especialmente las malas práctica agrícolas favorecen este proceso.
Sin embargo, la ganadería ya no representa un gran problema ya que a lo largo de los últimos años el sector ha sufrido un descenso en su volumen de negocio, y las reses han pasado de pastar por el campo libremente a estar prácticamente estabuladas.
En cuanto a la agricultura, Valderrama resalta que España, el primer país productor de aceite de oliva, dedica mucha superficie al cultivo del olivo de una manera no adecuada lo que facilita que con la llegada de las lluvias torrenciales, el suelo inicie un proceso de erosión muy difícil de revertir.
En este contexto, añade que décadas atrás, las hectáreas dedicadas al cultivo tenían «tierras de refresco» para el descanso del suelo, pero actualmente estas han desaparecido y la tasa de regeneración de los recursos ya no es tan alta como antes.
Otra causa que incide en la desertificación de la Península es la extracción masiva de agua proveniente de los acuíferos costeros de amplias zonas del litoral mediterráneo: se extrae mucha agua para fines agrícolas y turísticos desequilibrando la balanza entre agua salada y agua dulce, lo que provoca episodios de intrusión marina.
LAS ZONAS MÁS PELIGROSAS: la agricultura intensiva del sureste peninsular, los nuevos olivares en el valle del Guadalquivir, las dehesas extremeñas
Respecto a las zonas en territorio español más expuestas a este proceso existen varios escenarios: la agricultura intensiva del sureste peninsular, los nuevos olivares en el valle del Guadalquivir, las dehesas extremeñas, algunas áreas de la Islas Canarias y la salinización en el Valle del Ebro.
Asimismo no hay que olvidar que otros factores como el boom inmobiliario, la incidencia de incendios forestales, la deforestación y el cambio climático también inciden en el proceso.
El experto refiere que el clima tiene más peso, en los casos analizados, que los factores económicos y asegura que si las futuras previsiones climáticas siguen los derroteros anunciados, el riesgo de desertificación se incrementará en los próximos años.
¿Es la desertificación un proceso irreversible?, en este punto Valderrama detalla que en un estado inicial, «sí tiene vuelta atrás», pero si se sobrepasan determinados umbrales será más complicado revertirlo
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