EFE.- "Al menos el 20 % del presupuesto total de la UE -1,025 billones de euros para el periodo 2014-2020- tendrá que estar relacionado con el clima", aseguró Hedegaard en unas declaraciones a un grupo de periodistas en Bruselas.

La comisaria explicó que esta nueva exigencia supone triplicar o incluso cuadruplicar el esfuerzo actual para favorecer proyectos medioambientales y obligará a trasladar la conciencia climática a las principales áreas de gasto: Política Agrícola Común (PAC), fondos estructurales y de cohesión, infraestructuras, transporte, investigación y desarrollo.

"Al menos 200.000 millones de euros del gasto deben estar relacionados con el clima", precisó.

La PAC, por ejemplo, cuya dotación se contrae y pasa a representar del 41 % actual al 36 % en las nuevas perspectivas financieras, también tendrá que tener presente la protección del clima.

El Ejecutivo de la UE ha propuesto que la política agrícola reciba, entre 2014 y 2020, 371.700 millones de euros, de los que 281.800 se destinarán a pagos directos y medidas de mercado y 89.900 millones a políticas de desarrollo rural.

La concesión del 30 % de los fondos del primer tramo (los 281.000 millones) estará condicionada a que se apliquen prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, subrayó Hedegaard.

"Es un paso significativo hacia adelante", dijo y destacó que "en el futuro la CE quiere que en lugar de que se concedan ayudas de forma más o menos automática, sólo reciban una cantidad importante del dinero aquellos que realmente contribuyan al bien común".

La comisaria también se refirió a la propuesta de la CE de crear una fuente de ingresos propiamente comunitaria a través de una tasa sobre las transacciones financieras y un nuevo IVA comunitario para alimentar el presupuesto europeo a partir de 2013 y reducir así la dependencia de las aportaciones nacionales.

Bruselas calcula que estas dos fuentes adicionales de financiación podrían ingresar en las arcas europeas hasta 60.000 millones en el periodo 2014-2020.

La Comisión barajaba la posibilidad de imponer una tasa a las emisiones de dióxido de carbono, pero finalmente dejó caer esta idea, según Hedegaard, porque ya existen mecanismos en la legislación europea para transferir fondos, por ejemplo procedentes del comercio de derechos de emisión, a proyectos medioambientales.

El marco presupuestario propuesto por Bruselas pasará ahora a los países de la UE y el Parlamento Europeo para su aprobación, que podría extenderse más de 18 meses.

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