EFE.- Según ha explicado Manuel Fernández, miembro del grupo de investigación Análisis y Planificación del Medio Natural de la UHU que ha desarrollado el proyecto, se han realizado varios ensayos en fincas onubenses aplicando varias combinaciones de nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) en plantas de vivero, crecidas a partir de distintas procedencias de semillas.

Esto ha permitido observar, según ha explicado, que incrementar las dosis de nitrógeno durante la fase de parada vegetativa de la planta (en otoño) beneficia a su calidad.

En esta época de paralización del estado natural del árbol, la aplicación de nutrientes propicia una mayor capacidad de crecimiento de la raíz, lo que se traduce a posteriori en un mayor acceso a los sustratos de humedad durante la estación de verano, ha apuntado.

"Aún hay viveristas que no suelen fertilizar estas especies en esta fase de cultivo en vivero; es más, no hay ninguna estrategia de cultivo establecida", ha aclarado el científico, una circunstancia que hace peligrar la vida de estos árboles una vez trasplantados al campo debido principalmente a la interrupción de sus cuidados,

"El difícil acceso a los terrenos forestales eleva el coste del mantenimiento de las plantas, por ello es importante crear una encina en vivero resistente a unas condiciones climatológicas adversas como fuertes sequías o heladas", ha añadido Fernández.

El escaso éxito de repoblación de las encinas en España, iniciado en la década de los 90 e incentivado por subvenciones de la Política Agraria Común (PAC), ha propiciado el estudio de estas especies vegetativas en toda la Península.

"Las mayores tasas de mortalidad de estos árboles en las repoblaciones forestales comparado con otras especies, cuya vida media no se prolonga más allá del segundo año, ha aumentado la preocupación", ha esclarecido el investigador.

Otra de las conclusiones de los científicos de la UHU ha sido la posibilidad de adelantar, de invierno a otoño, la plantación de las encinas en zonas con climas cálidos y húmedos, como Huelva.

"Habiendo aplicado previamente dosis de nitrógeno durante su periodo de fertilización, el sistema radical de la encina (las raíces) tiene un mayor crecimiento y, por tanto, durante el verano un mejor acceso a los sustratos hídricos", ha concluido Fernández.

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