ASAJA .- Gracias a la “espléndida” gestión de la senadora de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storks en el inicio de la crisis alimentaria provocada por la bacteria E.coli; a la alerta sanitaria decretada por Alemania y otros países europeos y Rusia a las hortalizas españolas y a las frutas; a la desastrosa gestión de dicha crisis por parte de la Comisión Europea y sus efectos en las exportaciones y el posterior hundimiento del consumo y de los precios hortofrutícolas y, por último, a la “buena voluntad” mostrada hasta ahora por la gran distribución de alimentos, las grades superficies, podemos asegurar que las producciones murcianas de hortalizas y fruta, no sólo estamos al borde del abismo, sino que algunos sectores como el de la patata ya están en el fondo del barranco, arruinados los agricultores que posiblemente tendrán que destruir más de 100 millones de Kg.
Esto es así porque cuando se decretaron las alarmas sanitarias en Europa, la patata del Campo de Cartagena, la de más calidad del mercado ahora mismo, cayó de precio hasta los 0,15 €/Kg debido a la ausencia de demanda, con lo que los almacenes se llenaron hasta los topes. Además, la patata que quedaba por arrancar (unas 800 hectáreas) eran, casualmente, las de destino a la exportación a Europa y fundamentalmente a Alemania, mercado que todavía no se ha movido por lo que con toda seguridad un gran porcentaje de esas patatas aún por recoger serán destruidas labrando los agricultores los bancales.