EFE.- Bruselas adoptó hoy una normativa que permitirá las trazas de organismos genéticamente modificados (OGM) no autorizados en las importaciones de materia prima para piensos, con el fin de facilitar el abastecimiento de los ganaderos europeos.
Según las nuevas reglas, esos envíos podrán contener hasta un 0,1 por ciento de residuos de transgénicos de variedades aún pendientes de aprobación o cuya autorización haya expirado en la UE, pero que sí se admiten en países terceros.
Si el producto supera ese porcentaje, los estados miembros tendrán que declarar que "no cumple" las disposiciones.
El índice del 0,1 por ciento, considerado el "cero técnico" por los centros de referencia de la UE, ha sido aprobado hoy por la Comisión Europea después de que ni el Parlamento Europeo ni Consejo de ministros de la UE (representantes de los gobiernos) se opusieran al mismo.
Según el Ejecutivo comunitario, la normativa adoptada, que entrará en vigor en las próximas semanas, no pondrá fin al principio de "tolerancia cero" en las importaciones, sino que servirá para "aclarar" esa noción y definirla de manera "realista".
El objetivo es acabar con la "incertidumbre" de algunos operadores que venden en el mercado piensos con materias primas de países terceros.
El sector europeo depende en gran medida de las importaciones de harina de soja y maíz procedentes sobre todo de Brasil, Argentina y Estados Unidos y la inexistencia de leyes armonizadas a nivel comunitario hace que los importadores y exportadores tengan que asumir "serios riesgos económicos", recordó la Comisión.
Los agricultores europeos -COPA COGECA- valoraron las nuevas normas que, según la portavoz Amanda Cheesley, facilitarán la importación de materias primas para piensos, superando las dificultades debidas a la existencia de diferentes sistemas.
La organización ecologista Greenpeace ha criticado en repetidas ocasiones el incremento de la tolerancia de OGM en piensos, por considerar que abre la puerta a la contaminación en la cadena alimentaria.