WWF .- Durante la última década los científicos han descubierto más de 615 nuevas especies en Madagascar. La isla cuenta con una inmensa riqueza natural, el 70% de las especies que allí habitan son únicas en el mundo. Madagascar, que forma parte de los ‘Lugares Pioritarios’ para WWF, se enfrenta a graves amenazas ambientales, entre la que sobresale la creciente deforestación. En el Año Internacional de los Bosques la organización lucha para recuperar el hábitat degradado de miles de especies en todo el mundo.
Los descubrimientos abarcan 40 mamíferos, 69 anfibios, 61 reptiles, 42 invertebrados y 385 plantas. Aún así, estos hábitats tan especiales, que no encontramos en ningún otro lugar del planeta, corren el riesgo de desaparecer muy pronto. Los expertos estiman que la isla ha perdido ya el 90% de su cubierta forestal original.
La espectacular Palmera Tahina (Tahina spectabilis) ha sido uno de los descubrimientos más emocionantes. Se trata de una palmera gigante, que florece sólo una vez en la vez en la vida. Tras dar su fruto, la palmera muere.
Los animales más representativos y reconocibles mundialmente de esta gran isla son sin duda sus famosos lemures. El lemur ratón de Berthe (Microcebus berthae) ha sido uno de los descubrimientos más emocionantes para los científicos. Con tan sólo 30 gramos de peso, este pequeño lemur de color marrón rojizo, que se asemeja a uno de los personajes de la taquillera película de animación Madagascar (Dreamworks, 2005), es el primate más pequeño del mundo.
Paraíso en peligro
Aunque se acaban de dar a conocer, muchas de estas especies ya se encuentran muy amenazadas por la degradación de su hábitat. Madagascar es una de las últimas selvas tropicales de la Tierra. La isla alberga el 5% de todas las especies de fauna y flora del mundo, de las que el 70% tan sólo se pueden encontrar en esta región.
Los lemures, el aye-aye, la tortuga araña, varias especies de tortugas marinas, zorros voladores, camaleones, cocodrilos, el curioso tenrec… son algunas de las miles de especies que habitan bajo la densa cubierta forestal de Madagascar. Sin embargo, muchas de ellas se encuentran al borde de la extinción debido a la deforestación y la fragmentación de su hábitat, en tierra y la erosión y sedimentación de los arrecifes de coral, en el mar.
Las comunidades locales encuentran serias dificultades para sobrevivir. Las sequías les obligan a abandonar los campos que les daban sustento hasta ahora y acercarse al mar, donde la mayoría practica métodos de pesca insostenible, lo que está consiguiendo agotar los recursos pesqueros a gran velocidad.
Tras el golpe de estado de 2009, y la inestabilidad que le siguió, los bosques de Madagascar fueron saqueados a la búsqueda de maderas nobles, especialmente palo de rosa. Decenas de miles de hectáreas se vieron afectadas, incluyendo algunos de los parques nacionales más representativos de la biodiversidad de la isla, como Marojejy, Masoala, Makira and Mananara. Hoy en día tan sólo queda el 10% de los bosques que originalmente cubrían la isla.
Estas actividades de tala ilegal produjeron tanbién un incremento en el comercio ilegal de animales salvajes para carne. Algunos restaurantes especializados del norte de la isla vendían lemur por alrededor de 3 euros el plato. La situación política ha llevado a un aumento de la pobreza y la criminalidad en un lugar que, durante varias décadas, se había perfilado como una de las industrias turísticas más florecientes de África, gracias a las iniciativas de eco-turismo.
En un esfuerzo para revertir la tendencia de pérdida de biodiversidad, WWF trabaja desde hace más de tres décadas en varios proyectos de conservación con gobiernos y comunidades locales para, entre otros objetivos, ampliar el número de áreas protegidas. Muchas de las inciativas se basan en la puesta en valor de los recursos naturales de la región para desarrollar oportunidades de desarrollo sostenible, como el ecoturismo.