EFE.- En contra de la creencia popular, la precipitación no aumenta el riesgo de incendios, ya que mantiene durante más tiempo la humedad del suelo y supone un incremento muy ligero de la biomasa en relación a la que ya está acumulada en los montes, ha explicado en declaraciones a EFEverde.

En la actualidad, el peligro se concentra en la zona del Levante y, a partir del mes de agosto, se desplaza hacia el norte y noroeste de la península.

La incógnita reside en conocer hasta cuándo se mantendrán las buenas condiciones naturales que existen ahora para prevenir la aparición de los incendios, ha añadido del Álamo.

Durante esta primavera, el mes de marzo arrojó una precipitación media acumulada que se situó en torno a un 50 % por encima de su valor normal de 46 litros de los últimos treinta años, mientras que abril registró valores normales.

En los primeros cuatro meses de 2011, el número de incendios mayores de una hectárea sumaron 1.919, una cifra inferior a los 2.400 de media de la presente década.

Además, la superficie forestal afectada por el fuego entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2011 ascendió a 20.000 hectáreas frente a las casi 24.000 de media durante los últimos diez años.

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