FAO- La FAO y el Banco Mundial han desvelado un nuevo marco de orientación que puede ayudar a los países a evaluar la gobernanza de sus recursos forestales. La capacidad de demostrar la buena gobernanza en el sector forestal se está haciendo cada vez más importante para los países que desean participar en los nuevos planes de mitigación del cambio climático.
El marco de orientación para los bosques provee a los países de una completa lista de comprobación que pueden utilizar para identificar y abordar problemas en la gobernanza de sus recursos forestales, y puede también utilizarse para ayudar a garantizar que los esfuerzos para reducir las emisiones de los bosques en los países en desarrollo se gestionen de forma adecuada.
En líneas generales, la gobernanza hace referencia a las leyes, instituciones, regímenes de gestión, políticas y convenciones sociales que determinan la forma en que se utilizan los bosques y quién los va a utilizar.
Desarrollado por la FAO y el Programa de Bosques (PROFOR, por sus siglas en inglés) que gestiona el Banco Mundial, el denominado "Marco para la evaluación y seguimiento de la gobernanza de los bosques" se centra en tres componente clave o "pilares" de la gobernanza forestal: los marcos político, legal, institucional y regulador; los procesos de planificación y toma de decisiones; su implementación, aplicación y cumplimiento.
El marco evalúa además la actuación en seis ámbitos: responsabilidad, eficacia, eficiencia, equidad, participación y transparencia.
"La buena gobernanza en los bosques determina si los recursos forestales se utilizan en forma eficiente, sostenible y equitativa", señaló Eva Muller, del Departamento de Bosques de la FAO, una de las principales autoras del documento. "Este marco esboza un enfoque sistemático que los países y los gestores forestales pueden utilizar para identificar sus áreas de debilidad, elaborar y poner en práctica una respuesta adecuada y hacer el seguimiento de los resultados.
"A través de un enfoque participativo, el marco puede identificar las acciones necesarias para el seguimiento de los flujos financieros en el sector y el reparto equitativo de beneficios", indicó por su parte Nalin Kishor, del Equipo Forestal del Banco Mundial.
Gestionar los bosques para atenuar el cambio climático
Cientos de millones de habitantes de las zonas rurales dependen de los bosques y los árboles para sus medios de subsistencia y su seguridad alimentaria familiar, y esperan beneficiarse de regímenes de gestión de los bosques mejores y más equitativos.
Al mismo tiempo, el sector encierra un gran potencial para la retención de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La deforestación y la degradación de los bosques supone casi el 20 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, más que la totalidad del sector de los transportes y por detrás únicamente del sector energético. La mayoría de estas emisiones tienen lugar en los países en desarrollo.
El Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático aborda este problema mediante una iniciativa que se conoce como "Reducción de emisiones por deforestación y degradación de los bosques", o REDD+ (por sus siglas en inglés). La idea básica es la siguiente: mediante REDD+, a los países en desarrollo se les ofrecen incentivos para reducir las emisiones de la deforestación e incrementar la retención de carbono a través de la plantación de nuevos bosques, su conservación, la gestión sostenible y la mejora de las existencias forestales de carbono.
Los flujos financieros Norte-Sur para la reducción de los gases de efecto invernadero de REDD+ podrían alcanzar hasta 30 000 millones de dólares EEUU al año, ofreciendo un impulso considerable para el desarrollo rural.
Hacer que REDD+ funcione
A pesar de sus promesas, REDD+ presenta algunos desafíos importantes. Entre los posibles problemas figuran los trastornos no deliberados para las comunidades locales, el fraude y los proyectos ineficaces, la corrupción y la apropiación indebida de fondos.
"En la última cumbre de la ONU sobre el cambio climático en Cancún, se alcanzó un acuerdo básico sobre las actividades centrales, principios y garantías que deberían apuntalar REDD+," subrayó Peter Holmgren, Director de la División de Clima, Energía y Tenencia de Tierras en la FAO. "Ello incluía la necesidad de que los sistemas suministren información sobre cómo se abordan y respetan", añadió Holmgren.
En la misma reunión en que se presentó el marco forestal de la FAO y el Banco Mundial, el Programa ONU-REDD y Chatham House ofrecían un documento centrado en la provisión de información sobre cuestiones de gobernanza relacionadas específicamente con la iniciativa REDD+. Al igual que el marco de gobernanza forestal, ofrece orientación para los países que quieren garantizar y demostrar que las actividades de REDD+ se llevan a cabo de forma efectiva y se aborda la salvaguarda de la gobernanza.
Aunque la implementación de REDD+ supone un enorme desafío para países cuya capacidad institucional es débil, también crea nuevos incentivos y abre la posibilidad de un mayor apoyo para abordar las cuestiones de gobernanza, según este documento.
El taller internacional donde se presentaron y debatieron ambas propuestas fue organizado por la FAO de forma conjunta con el Programa ONU-REDD, Chatham House y el Banco Mundial
Hay planeado llevar a cabo proyectos piloto basados en los dos marcos con el objetivo de ensayarlos y fortalecerlos.