EFE.- En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calculó que el conjunto de sus 34 países crecerá un 2,2 % en 2014 (una décima más de lo esperado en noviembre) y un 2,8 % en 2015 (también una décima más).

Para la zona del euro corrigió al alza sus estimaciones hasta el 1,2 % este ejercicio (frente al 1 % avanzado hace seis meses) y al 1,7 % el próximo (comparado con el 1,6 %), cifras que coinciden exactamente con las previsiones publicadas ayer por la Comisión Europea.

En el caso de Estados Unidos, la modificación fue a la baja este año y al alza el próximo, pero con valores que en cualquier caso siguen siendo notablemente más elevados: 2,6 % en lugar del 2,9 % avanzado en noviembre para 2014 y el 3,5 % en lugar del 3,4 % para 2015.

Por lo que se refiere a Japón, la OCDE dijo que espera un incremento de su producto interior bruto (PIB) del 1,2 % tanto este año (había anticipado un 1,5 % hace seis meses) como el próximo (había previsto un 1 % en 2015).

De acuerdo con este cuadro, en 2014 seguirá estando en la zona del euro tanto el único país de la organización que va a seguir con un PIB en retroceso (Grecia, -0,3 %) como los que no van a superar un avance del 1 %: Finlandia (0,2 %), Eslovaquia (0,3 %), Italia (0,5 %), Francia (0,9 %), España (1 %) y Holanda (1 %).

En el otro extremo, por con una progresión de al menos el 3 % estarán Polonia (3 %), Reino Unido (3,2 %), México (3,4 %), Chile (3,6 %) y Corea del Sur (4 %).

El economista jefe de la OCDE, Rintaro Tamaki, constató que «tras años de debilidad, la inversión y el comercio están empezando a recuperarse», pero también que «el paro sigue inaceptablemente alto» aunque la situación haya dejado de deteriorarse: pasará del 7,9 % de la población activa en 2013 al 7,4 % en 2014 y al 7,3 % en 2015.

Tamaki reconoció que los riesgos que pesaban sobre la economía global han disminuido, pero aún así las tensiones financieras en los mercados emergentes podrían dar al traste con la recuperación, y el bajo nivel de inflación en la zona del euro podría derivar en deflación, por no hablar de las amenazas geopolíticas, que son mayores desde comienzos de año.

La OCDE hizo, sobre todo, un llamamiento al Banco Central Europeo (BCE) para que tome nuevas medidas con las que elevar la inflación a su objetivo (en torno al 2 %, frente al 0,7 % que calcula este año y el 1,1 % el próximo), y que esté listo para poner en marcha «estímulos no convencionales» si no hay signos claros de que los precios van a remontar, ante el espectro de la inflación.

Tamaki hizo notar que aunque hay poco margen de maniobra para una relajación fiscal por los abultados niveles de deuda de la mayor parte de los Estados miembros, e insistió en que no lo hay en absoluto es en Japón, donde «es esencial un plan creíble de consolidación fiscal a medio plazo».

También pidió una aceleración de las reformas estructurales, porque ahí existe «un margen sustancial para mejorar la productividad y crear empleos con políticas que eliminen las barreras a la competencia» tanto a escala doméstica como internacional, y eso en las economías desarrolladas, pero igualmente en las emergentes.

Fuera del conocido como el «Club de los países desarrollados», los autores del informe indicaron que la principal economía del mundo emergente, China, tendrá un aumento de su PIB del 7,4 % en 2014 (habían augurado un 8,2 % hace seis meses) y un 7,3 % en 2015 (frente al 7,5 %).

El economista jefe consideró que ese ritmo es «indudablemente más sostenible tanto desde el punto de vista económico como medioambiental que el crecimiento de dos dígitos que tenía hace algunos años».

Pero a continuación advirtió de que gestionar allí la ralentización del crédito y los riesgos creados durante la fase de condiciones monetarias fáciles a escala global es «un gran reto».

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