Según ha señalado el portavoz de la Mesa de Productores, Francisco Patiño, el sector está dispuesto a ir a por todas en este asunto, generado después de una bajada de los precios que supera el 17% respecto a la pasada campaña "y que no está justificada" por parte de la dos principales bodega de la D.O., García Carrión y Félix Solis.
Y para ello, tal y como acordaron en la Interprofesional, están dispuestos a que sea la propia Consejería de Agricultura la que deba jugar un papel importante en este conflicto, no mediando en los precios, sino ejerciendo su labor. Así, se reclama que la certificadora, "que hasta el momento se ha negado a venir a hacerlo", según Patiño, aclare las existencias que han surgido en el seno de la D.O,. y de la que los propios productores no sabían nada.
Por eso, y dado que "está prohibida la mezcla de vinos", los productores quieren que se aclaren de dónde salen esas existencias pendientes de calificar y que "se hable claro y se digan dónde están, pero también que se reconozcan en función de lo que esté reflejado en los certificados en ese momento, es decir, lo que ponga en los papeles en ese momento", según ha insistido el portavoz de la Mesa de Productores que, sin entrar a insinuar nada directamente, sí ironiza al señalar "que ya hubo una persona que cambió el blanco por tinto y lo crucificaron hace dos mil años".
En este sentido, y después de que se haya iniciado esta guerra por los precios, los productores creen que podrían estar "no ante un problema grave, sino sólo ante la punta del iceberg del mismo". Es por ello, que considera que la Junta no puede seguir sin intervenir y debe obligar a la certificadora a decir qué pasa con estas existencias y a estudiar las cifras de producción y de ventas.