Al contrario que su pariente la cigüeña blanca, que gusta de la proximidad de los humanos e instala sus nidos en los pueblos y cortijos, las cigüeñas negras son aves esquivas y hurañas, que escogen los riscos o árboles más inaccesibles y alejados de los humanos para instalar sus nidos, lo que hace que sean aves difíciles de adaptar y reproducir en cautiverio.
La pareja formada por “Checo” y “Bohemia” tardaron 10 años de espera hasta que se pudo ver su primer huevo en el nido. Fueron finalmente dos los huevos, pero sólo nacería un cigoñino, al que se bautizaría más tarde como “Oloroso”. Fue uno de los grandes éxitos conseguidos por el parque, pues son pocos los zoológicos que logran reproducir a esta especie y era la primera cigüeña negra nacida en cautividad en nuestro país.
Al año siguiente se repitió la cría y, esta vez con más experiencia, sacaron adelante a dos pollos. Desde que comenzaron a criar no han faltado a su cita reproductora ningún año, logrando sacar adelante un total de 18 pollos, los cuales han sido enviados a otros zoos de España y de otros países europeos en el marco de un programa europeo de cría en cautividad en el que participan más de 60 centros, aunque muy pocos de ellos tienen la suerte de reproducirlas.