El número de licencias de cazadores residentes en la Comunidad Autónoma se reparte entre Zaragoza (18.809), Huesca (9.227) y Teruel (7.338). Los cazadores residentes en la Comunidad Autónoma suman, por tanto, 35.374 licencias. La diferencia hasta las 49.874 licencias pone de manifiesto que 14.500 están en manos de cazadores foráneos, de otras comunidades autónomas.
Casi una de cada tres licencias no vive en Aragón
Cazadores de Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Navarra son los más numerosos con licencia expedida en Aragón. De esta forma, cuentan con licencia en vigor para cazar en la Comunidad Autónoma aficionados residentes en Barcelona (3.046), Valencia (1.892) Navarra (1.874), Castellón (1.597), Tarragona (1.294), Guipúzcoa (1.275), Lérida (1.195), como procedencias más importantes.
Hay que destacar que la evolución de estas licencias a lo largo de los últimos años se ha mantenido estable. Una cuestión relevante es la gratuidad de las licencias para los cazadores residentes en la comunidad Autónoma mayores de 65 años. Estas licencias tienen en estos momentos validez por cinco años y se emiten una sola vez en este periodo, con la salvedad de que se empezaron a conceder con este sistema a partir de 2005.
Este sistema supone que, una vez concedida o renovada la licencia de un cazador mayor de 65 años, no aparece en el cómputo en los cuatro años siguientes. Sí que se percibe un aumento de la edad media de los cazadores, “lo que pone de relieve que no se está produciendo el relevo generacional necesario para que se no se genere un problema en el futuro. Los cazadores son necesarios para el control poblacional de muchas especies de caza mayor en clara expansión”, interpreta Pablo Munilla.
Abogan por el relevo generacional en esta actividad
Nuria Gayán, directora del INAGA, está de acuerdo con esta apreciación. “La caza es un deporte que no resulta muy atractivo a los jóvenes y esta circunstancia puede llevar a que una superpoblación de cualquier especie pueda llegar a adquirir dimensiones de plaga. El relevo generacional en la práctica de la caza es absolutamente necesario si queremos que el equilibrio ecológico sea una realidad dentro, por ejemplo, de 30 años”.
En cuanto al precio de las licencias, el INAGA aplicó a partir de 2012 un sistema de bonificaciones y recargos según el tipo de emisión con tres precios distintos (34.33, 35.00 y 38.15 euros en función del tipo de licencia).
Nuria Gayán explica que “los grandes cambios se van a producir el año que viene con la puesta en marcha de la licencia interautonómica de caza, que posibilitará cazar en varias comunidades autónomas con un solo trámite. Es un aspecto en el que estamos trabajando intensamente en varias comunidades autónomas. Los cambios van dirigidos a la rapidez y a la comodidad para el demandante de cualquier servicio a través de los medios telemáticos, aunque también es cierto que para homologar los requisitos entre las diferentes regiones, puede ser necesaria la implantación de un examen del cazador a quienes aspiren por primera vez a obtener una licencia interautonómica."
La directora del INAGA recuerda que “en estos momentos se está tramitando en las Cortes de Aragón la modificación de la Ley de Caza de Aragón y, entre otros aspectos, va a modificarse el régimen de las indemnizaciones por daños debidos a los accidentes de tráfico relacionados con la actividad cinegética, indemnizaciones que suponen un coste elevado para este Instituto”.