Teniendo en cuenta que en la Comunitat Valenciana el arroz se cultiva fundamentalmente en los parques naturales de la Albufera y de Pego-Oliva a lo largo de una superficie de 15.000 hectáreas y que con los precios a la baja impuestos por la industria, según señala la organización en un comunicado,  "el productor sufrirá una perjuicio económico de 500 euros por hectárea, las pérdidas globales a las que van a verse condenados los agricultores valencianos si no se pone coto a esta situación de oligopolio ascenderán a 7,5 millones de euros".

    “Desgraciadamente, las grandes firmas compradoras de este sector –lamenta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– nos tienen acostumbrados a incurrir en prácticas oligopolísticas que están expresamente prohibidas por la ley, pero este año han llevado las cosas demasiado lejos y han bajado aún más las cotizaciones respecto a los 285 y 290 euros por tonelada que ofrecieron, respectivamente, en las dos campañas anteriores".

   Ante este hecho, considera que "la Comisión Nacional de la Competencia no puede permanecer de brazos cruzados ante una coyuntura artificial de mercado que aboca a la ruina a miles de arroceros. Desde AVA-ASAJA exigimos a las autoridades de Competencia que abran urgentemente una investigación, determinen responsabilidades e impongan las sanciones correspondientes porque no se puede consentir que se dinamite la rentabilidad de los productores mediante la creación de un oligopolio que los deja inermes”.

El sector no recibirá ayuda del PDR porque ya se han agotado los fondos

     Además, hay que tener muy en cuenta que este año los arroceros valencianos no dispondrán de las ayudas agroambientales contempladas en los Planes de Desarrollo Rural (PDR) porque la Generalitat ya había agotado los fondos previstos para el período 2007/2013, por lo que los agricultores no volverán a percibir hasta la próxima campaña una subvención que resulta absolutamente básica para el mantenimiento de una cuota mínima de viabilidad.

     A esta circunstancia hay que añadir que los costes para el tratamiento de plagas se han disparado porque las autorizaciones excepcionales del Ministerio han llegado tarde, porque los productos autorizados resultan más caros y son menos eficaces y porque, al mismo tiempo, la aparición de una nueva mala hierba denominada Leersia Oryzoide está comenzando a causar estragos en los arrozales valencianos. Así las cosas, los productores de arroz afrontan una de las temporadas más complicadas y desalentadoras de su historia reciente.

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