Según el investigador responsable del proyecto, José Luis Cenis, en la actualidad hay mucho interés por el uso de la seda como biomaterial. Las células madre, que pueden diferenciarse en numerosos tipos de tejidos, requieren de un armazón o soporte adecuado para su crecimiento. La seda, una vez elaborada, es uno de los mejores biomateriales disponibles para esta aplicación, dado que es biocompatible, reabsorbible y muy resistente.
Uno de los proyectos que lleva a cabo actualmente el Departamento de Biotecnología y Protección de Cultivos del IMIDA es el desarrollo de una córnea artificial de fibroína de seda, que imita la estructura biológica de la córnea real y utiliza células madre de ésta para su posterior implantación, como alternativa a las córneas de donantes. Estas córneas naturales no están disponibles en cantidad suficiente para satisfacer la creciente demanda.
La nueva estrategia se basa en crear corneas a partir de sembrar células corneales del paciente en láminas extrafinas de fibroína transparente que posteriormente se combinan para formar una estructura corneal tridimensional. Ya hay ensayos clínicos de corneas basadas en diversos tipos de polímeros. Sin embargo, la novedad que aporta la utilización de la fibroína de la seda es que supera a otros materiales, al ser más biocompatible, tener buena resistencia mecánica, una reabsorción lenta y mucha actividad química en superficie, lo que permite estimular el crecimiento de las células que han sido sembradas.
El IMIDA participa como socio dentro de un consorcio constituido en torno al Instituto Oftalmológico Fernández Vega de Oviedo, una clínica de referencia en Europa, que desarrolla este proyecto de corneas artificiales, con diversas aportaciones, en el marco de un proyecto de la última convocatoria del Programa Nacional de Cooperación Público-Privada, subprograma ‘InnPacto’, enmarcada en el Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica del Ministerio de Economía y Competitividad.