EFE.- Los agricultores del campo de Cádiz han comenzado con un mes de antelación la recolección de girasoles, debido a la siembra temprana que ha permitido a su vez, aprovechar las lluvias y evitar el uso de riegos artificiales, lo que supone un ahorro de hasta 1.200 metros cúbicos por hectárea cultivada.

El cambio de ciclo biológico ha mejorado también la producción, que según la asociación agraria de jóvenes agricultores (Asaja), alcanza los 2.500 kilogramos por hectárea, cifra que según afirma en un comunicado es «casi de récord».

El uso de estas técnicas favorece el cultivo sin herbicidas, ya que al aumentar el número de siembras por hectárea no dejan espacio a la mala hierba, que, desprovista de espacio, luz y nutrientes, no crece, siendo innecesario el uso de químicos.

Así han reducido el coste de cincuenta euros por hectárea otorgando mayor sostenibilidad al entorno.

Adelantar el ciclo biológico ha favorecido el aprovechamiento de las lluvias entre enero y mayo, lo que supone en términos generales un ahorro de 1.200 metros cúbicos de riego, ahorrando de esta forma agua y energía.

El cambio de sistema ha otorgado a la fauna de la provincia otro ecosistema, impulsando la biodiversidad autóctona con mayor presencia de especies como jilgueros, perdices o palomas que han aprovechado la cubierta vegetal como zona de nidificación y reproducción.

El vicepresidente de Asaja-Cádiz, Pedro Gallardo, ha sido galardonado el Premio Joven Europeo Agricultor Innovador por la propuesta de cambiar el ciclo biológico a los cultivos de girasol.

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