EFE.- El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha indicado hoy, en sus primeras estimaciones de producción de leguminosas, que la cosecha nacional de garbanzos aumentará un 6,8 % en 2014, hasta las 28.000 toneladas.

Para los responsables de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) de garbanzos, como las Fuentesaúco o Escacena, y de la «marca de garantía» en el caso del pedrosillano, la perspectivas son algo más halagüeñas, después de dos años en los que no pudieron contar con existencias.

El director técnico del Centro de las Legumbres de Castilla y León, Nicolás Armenteros, ha declarado a Efeagro que después de una primavera «sumamente seca» las previsiones para los garbanzos de Fuentesaúco o Pedrosillo son mejores, en estos momentos de floración y cuajado de la planta, aunque «vendrían bien las lluvias».

Al contrario que ocurre con otros cultivos agrícolas, en el caso del garbanzo el problema es de oferta, más que de demanda y de déficit de producción.

Armenteros ha apuntado que tres años seguidos de malas cosechas dejarían el mercado desabastecido, una hipótesis «muy preocupante».

La IGP de Fuentesaúco abarca unas 400 hectáreas de cultivo, 40 productores y una cosecha de 300 toneladas.

En cuanto al ámbito de la marca de garantía del garbanzo de Pedrosillo, oscila entre las 1.200 y 1.300 hectáreas, 180 productores y una cosecha en torno al millón o 1,2 millones de kilos.

Ambos garbanzos son «mantecosos», si bien el pedrosillano es más rojizo o anaranjado; se comercializan en España, donde se aprecia más una legumbre de calidad, según Armenteros.

Entre los principales problemas de venta, ha citado la profusión de oferta a granel en las tiendas, que confunde al consumidor sobre los nombres y la procedencia, ya que los de la IGP «van siempre envasados».

En cuanto al garbanzo de Escacena, este año estrena IGP, ya que la Comisión Europea le otorgó el reconocimiento europeo el pasado mes de septiembre, según ha declarado a Efeagro el gerente de la cooperativa onubense Campo de Tejada, Antonio Tomás.

La IGP engloba 300 hectáreas de producción, situadas entre Huelva y Sevilla, un volumen en torno a los 250.000-300.000 kilos y unos 52 productores, que siembran esta legumbre como alternativa a la hora de la rotación de cultivos, combinados con el cereal.

Tomás ha apuntado que este año se espera una «cosecha normal» y ha confiado en superar el «hándicap» de la escasez de oferta, pues en las tres campañas precedentes hubo «existencias cero» por falta o exceso de lluvias.

El garbanzo de Escacena se vende localmente, una parte en el resto de Andalucía y otra en el resto del territorio nacional, si bien esta reducida oferta dificulta llevar a cabo promociones.

«Nuestro problema es que hay más demanda que oferta, el 85 % de los garbanzos que se venden en España son importados de México, EEUU y Turquía», ha añadido Tomás.

Asimismo, ha reconocido que pese a las bondades nutricionales de las legumbres y a los intentos de la Administración por potenciarlas no se han terminado de expandir.

Según el informe del Ministerio, la producción de lentejas caerá este año un 40,2 %, hasta las 24.400 toneladas, y la de guisante seco un 24,2 %, hasta las 28.300 toneladas.

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