EFE.- La iniciativa, que se enmarca dentro del Plan Andaluz de Contingencia diseñado para evitar la afección de este parásito que causa la seca o decaimiento súbito del árbol, responde al importante comercio existente entre el país luso y España, según ha informado la Consejería en un comunicado.

Algo que se traduce en un mayor riesgo de dispersión de la enfermedad, tanto a través del transporte como de su localización final en los puntos de manejo y almacenamiento.

En esta línea, como se ha puesto de manifiesto durante la jornada, con el fin de establecer un mayor control fitosanitario, es fundamental la colaboración de la Guardia Civil mediante inspecciones en las infraestructuras viales.

Un punto en el que se ha revisado y actualizado el protocolo de la vigilancia de los envíos comerciales de madera para la detección del nematodo del pino, incluyendo embalajes.

Junto a ello, tal y como establece el Plan de Contingencia, la Junta de Andalucía tiene entre sus cometidos el control y la inspección de viveros, aserraderos e industrias de primera transformación de la madera, la vigilancia del movimiento de materiales de riesgo y la detección de los brotes y la aplicación de las medidas de erradicación, así como la realización de prospecciones y la aplicación de las medidas de erradicación en masas forestales.

Todo ello, sin olvidar la coordinación y el envío de información al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

La seca o decaimiento súbito del pino es una grave patología causada por el nematodo Bursaphelenchus xylophilus, que, originario de Estados Unidos, pasó a considerarse como el organismo más peligroso para los pinares a nivel mundial tras su expansión por el este de Asia y la magnitud de los daños ocasionados.

Dio el salto a Europa en el año 1999, cuando se detecta por primera vez en Portugal, declarada en su totalidad como zona demarcada desde 2008 ante la falta de garantías de la existencia de zonas libres. Con posterioridad se ha localizado en puntos de Extremadura, Galicia y Castilla y León.

Los vectores de la enfermedad son coleópteros cerambicidos del género Monochamus, insectos que se desarrollan sobre coníferas decadentes o recién apeadas.

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