EFE.- Las extensas plantaciones de cereales han acabado convirtiendo este paisaje estepario en un hábitat idóneo para muchas especies de aves, hasta conseguir ser una de las mejores áreas del mundo para contemplar especies como el aguilucho cenizo o el sisón -una especie catalogada como vulnerable-, lo que está atrayendo a ornitólogos de muchos países.

Pero además, el lugar ha despertado el interés de miles de personas tras su inclusión en la «Red de Espacios de Memoria», una iniciativa pública catalana que entre otros objetivos pretende poner en valor el patrimonio o los vestigios del siglo XX, sobre todo entre el periodo comprendido entre la Segunda República y la Transición.

Así, este espacio de la Red Natura 2000 (bautizado como Zona de Especial Protección para las Aves de Bellmunt y Almenara) lo comparten a diario agricultores, aficionados a la ornitología y turistas interesados en la historia, lo que repercute en beneficio de las economías locales.

La empresaria turística Celia Seall ya ha percibido esos beneficios y la creciente presencia de ornitólogos y de personas interesadas en conocer vestigios de la historia reciente en la pequeña localidad ilerdense de Montgai.

«Está muy bien, y precisamente en tiempos de crisis, recibimos a una nueva clientela que viene atraída por las aves» o por los restos de la Guerra Civil, ha explicado a Efe esta empresaria, quien ha observado que se trata en gran parte de turistas españoles, pero también de ornitólogos extranjeros, sobre todo británicos y franceses.

A su juicio, está surgiendo en el pueblo un modelo económico «en el que ganamos todos»: agricultores, empresarios del sector de la hostelería o servicios, comerciantes, y las empresas que están ofertando este lugar como destino ornitológico.

Algunas de estas empresas han «salpicado» las estepas cerealistas de Lleida de numerosos aguardos (hides) para ver sin ser vistos y para fotografiar las aves más emblemáticas y características de este tipo de hábitat, y entre ellas la que actúa como reclamo para ornitólogos de todo el mundo: el sisón.

Y es que España acumula el mayor contingente europeo de sisones, una especie especialmente interesante para los ornitólogos por el color que toma el plumaje de los machos durante el cortejo y por el «baile» que éstos protagonizan para atraer a las hembras.

Las estepas se han convertido en uno de los mejores ejemplos para comprender los valores y el significado de la Red Natura 2000, por tratarse de lugares profundamente intervenidos por el hombre durante los últimos siglos pero que constituyen el hábitat perfecto para muchas especies.

De hecho, una de las principales amenazas a las que se enfrentan las aves esteparias es la destrucción o la alteración de los paisajes agrarios tradicionales, una destrucción o abandono que pretende evitar la Red Natura 2000, el principal instrumento para la conservación de la biodiversidad de la Unión Europea.

Albert Busquets es aficionado a la fotografía de naturaleza, y ha pagado una cantidad considerable por «encerrarse» de madrugada en uno de esos aguardos para fotografiar al sisón.

En declaraciones a EFEverde al salir del hide, Albert comenta que practica esta modalidad turística junto a su padre desde hace dos años, y que durante este tiempo ha descubierto que se trata de una afición que crece y que tiene enormes posibilidades económicas.

A él, la fotografía y la ornitología le han permitido descubrir muchos espacios naturales y disfrutar de especies muy desconocidas para el público en general. «Hoy ha sido el sisón, que es muy difícil de ver; es un espectáculo y vale la pena».

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