EFE.- Las conclusiones de este estudio, elaborado en colaboración con la Universidad de Navarra y la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se presentan hoy en el congreso de la European Geosciences Union (EGU), que se celebra en Viena (Austria).
Científicos de los organismos colaboradores en este trabajo han investigado el comportamiento de las vides en condiciones de cambio climático, es decir, con una mayor temperatura, mayor presencia de dióxido de carbono y mayor sequedad ambiental.
El resultado es un mosto con menor contenido de antocianos, lo que da lugar a vinos con menor color y, por tanto, menor calidad.
La investigación se ha llevado a cabo en invernadero con vides de la especie "vitis vinifera tempranillo", en las que se han estudiado los efectos del cambio climático, el estrés hídrico de la planta y la textura del suelo.
Para analizar el efecto del cambio climático en la uva, se colocaron vides en condiciones de mayor presencia de CO2, mayor temperatura y menor humedad relativa y otras vides en las condiciones climáticas actuales.
Además de los cambios de CO2 y temperatura, se prevé que el cambio climático provoque una bajada de las lluvias y un reparto de éstas en episodios más extremos.
Por este motivo, los investigadores llevaron a cabo dos tratamientos diferentes a las vides, uno de ellos con plantas debidamente hidratadas y el otro con plantas sometidas a déficit hídrico, a las que se regó con un 40 % menos de agua de lo habitual.
Entre los resultados más relevantes en cuanto a parámetros productivos y cualitativos, se observó que el cambio climático adelantó la vendimia en nueve días.
Este adelanto redujo la concentración de antocianos, lo que dio lugar a vinos tintos con menos color y también provocó un aumento del pH del mosto.
El nivel de acidez es un factor de interés para las bodegas, ya que debe ser bajo para que los vinos se conserven de manera óptima.
Por su parte, el déficit de agua disminuyó el crecimiento de la viña y retrasó la maduración de las uvas, lo que hizo que, en el caso de estas vides, la vendimia se llevara a cabo diez días más tarde y que también aumentara la acidez del mosto y la disminución de prolifenoles.
Los polifenoles se encuentran en la piel y pepitas de la uvas, y confieren aroma, color y sabor a los vinos.
En cuanto a los suelos, los más arenosos -con menor contenido de arcilla- produjeron mostos con mayor cantidad de antocianos, lo que redunda en vinos de mayor color.
El estudio concluye que el cambio climático es un aspecto que debe ser tenido muy en cuenta por el sector, que cuenta con una superficie de viñedo en el conjunto de España de 954.000 hectáreas, lo que supone el 5,6% de la superficie total cultivada.