EFE.- El informe, elaborado por la ONG paraguaya Instituto de Desarrollo, es un programa de adaptación al cambio climático en los países en los que se reparte el Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay).
La investigación parte de su impacto en la producción agropecuaria y en los recursos hídricos en base a las previsiones del clima hasta 2040.
«El escenario previsto hasta ese año indica que la cantidad de lluvias en el Gran Chaco será la misma que ahora, pero las mayores precipitaciones caerán en periodos cortos de tiempo y en lugares donde antes no llovía», dijo a Efe Rossana Scribano, coordinadora del estudio.
El trabajo, que tiene en cuenta los escenarios previstos por el Panel Intercontinental sobre Cambio Climático (IPPC), recomienda la puesta en marcha de sistemas agrosilvopastoriles, que paren la deforestación como forma de habilitar áreas de pastos para el ganado, una de las principales industrias del Gran Chaco.
Apuesta también por la creación de bancos de semillas nativas, especialmente maíz y poroto (judía), tal y como eran utilizadas tradicionalmente por las comunidades indígenas.
Según el estudio, esas propuestas han de ser combinada con un mejor uso de agua, como la construcción de canales para frenar el deterioro producido por el cambio climático sobre el sistema hidrológico.
«La tierra del Gran Chaco es principalmente llana, planicie, y absorbe la mayor parte de la lluvia caída, por lo que se hace necesario derivarla a depósitos o granjas a través de canales», dijo Scribano.
La experta especificó que las medidas de mitigación del cambio climático corresponden a los gobiernos y recomendó el desarrollo de sistemas de alerta meteorológica y un contacto fluido con las poblaciones de la región.
Scribano añadió que la deforestación que sufre el Gran Chaco es uno de los daños añadidos al cambio climático, un problema que solamente podría ser atajado con la reforestación con árboles nativos.
«A menos árboles hay más acumulación de gases, por tanto más efecto invernadero y una mayor sedimentación en los cauces del agua», dijo la coordinadora del trabajo.
El Gran Chaco Americano perdió 539.233 hectáreas de bosque en 2013 debido a las explotaciones agrícolas y ganaderas, principalmente en Paraguay y Argentina, según difundió en enero la organización ecologista Guyra Paraguay.
Scribano señaló que Argentina, que tiene el 85 % de las explotaciones agropecuarias de los países que integran el Gran Chaco, es el que cuenta con más y mejores medios para adaptarse a los daños provocados por el cambio climático.
«Argentina tiene mejores sistemas de adaptación, que no tienen Paraguay y Bolivia, como sistemas de riego para las sequías y sistemas de ensilaje para el forraje», dijo.
La ONG ha presentado el estudio a las instituciones y ministerios de Argentina, donde se ubica un 62 % de tierra de la región del Gran Chaco, de Paraguay, con un 25,43 % y de Bolivia, con 11,61 %.
Estudio fue financiado por la ONU y los Gobiernos de España y Noruega.