Y uste ha recordado la necesidad de “controlar todas las etapas sensibles de la cadena de producción para verificar que se respetan las normas sanitarias” bajo el enfoque denominado ‘De la granja a la mesa’, establecido por la Unión Europea, que se basa principalmente en el análisis de riesgos, los autocontroles y la implantación de un sistema de trazabilidad para garantizar la producción de alimentos seguros.
En este sentido, ha resaltado “el consenso existente en el sector con respecto al gran avance en materia de seguridad, trazabilidad e higiene en la alimentación animal, tanto en la obtención y manejo de las materias primas, como en su formulación y puesta en el mercado, gracias a la modernización de las instalaciones y mejora de los procesos”.
En todo caso, con el fin de no bajar la guardia, los miembros de la Mesa Regional de Alimentación Animal han acordado por unanimidad intensificar la frecuencia de los autocontroles que se realizan en cada una de las fases de producción, con el fin de detectar inmediatamente cualquier riesgo que pudiera suponer la producción de algún alimento no adecuado para ser incorporado a la cadena.
Asimismo, los operadores y las empresas de piensos han instado a la Administración a que prosiga en las labores de control e inspección oficial que está realizando y que tan buenos frutos está dando.