El proyecto, que se inició en 2012 en la Vega del Tajuña, al sureste de Madrid, ha extendiendo este modelo de conservación a otros municipios madrileños y a otras provincias, como Guadalajara, Cáceres y Toledo.

   ‘Un Mochuelo en cada olivo’ tiene como objetivo principal conseguir un ambiente óptimo para el mochuelo, mediante una gestión sostenible del hábitat, amenazado por la intensificación de la agricultura.

    Para ello ha sido fundamental la implicación en el proyecto de los propietarios o usuarios de fincas agrícolas, a quienes se les ha ofrecido la posibilidad de obtener beneficios de esta colaboración.

    Estos han sido la disminución del coste de gestión del terreno, así como el patrocinio y la promoción de un producto generado a partir de uso sostenible del territorio.

    Se han llevado a cabo actuaciones de mejora o restauración del hábitat y fomento de un uso sostenible, la creación o mantenimiento de lugares de nidificación y caza y el patrocinio de productos sostenibles, con un etiquetado indicador de que el producto favorece la conservación de esta pequeña rapaz nocturna.

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