“La agricultura familiar, a cuya defensa la FAO dedicará el año 2014, tiene unos valores intrínsecos extraordinarios, porque no sólo está comprometida con producir alimentos de calidad y a precios muy competitivos, sino que además garantiza el sostenimiento de familias y empresas unidas al territorio, que no pueden deslocalizarse ni marcharse a otra parte, porque tienen sus raíces en Castilla y León”, subraya ASAJA.

Apostar por el lechazo en lugar del cordero francés

   Muy especialmente, ASAJA invita a los ciudadanos, a los consumidores de Castilla y León, a que pidan lechazo de la región, un producto de máxima y comprobada calidad. “A veces la gente piensa que no sabe hornear un lechazo como en un restaurante, y que por eso no le sabe igual. Pero casi nunca se tiene en cuenta que no toda la materia prima es igual, que no todos los corderos son iguales. Por eso es tan importante asegurarse de que el lechazo que llega a la mesa de Navidad es de nuestra tierra”. 

   Cada año por estas fechas se importa de forma masiva cordero francés, de características organolépticas, calidad y sabor muy diferente al nuestro, con el objetivo de hundir los precios. ASAJA es consciente de que importar alimentos dentro de la Unión Europea no es delito, pero exige a las autoridades competentes que el consumidor sea informado con etiquetado claro y bien visible de la procedencia de esta carne, “para que tenga al menos la posibilidad de comprar su lechazo navideño a los ganaderos de la región, como seguramente es el deseo de muchos ciudadanos, conscientes de que así ese beneficio revierte en su tierra. Algo que sin duda hacen los franceses, que tienen muy claro que tienen que consumir producto nacional”.

   Además del lechazo, ASAJA recuerda que hay otros muchos productos de máxima calidad que no pueden faltar en estas fechas navideñas, como el cochinillo, la excelente ternera, lácteos y quesos, embutidos de primera calidad, mieles y dulces… y por supuesto, los vinos, bandera de la región, y los estupendos espumosos, muchos de ellos amparados por el gran trabajo de las denominaciones de origen y sellos de calidad, además de por el “corazón amarillo” de Tierra de Sabor.

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