A falta de estadísticas oficiales, los expertos consultados por M. J. Iglesias en www.lne.es consideran que la carne acusa aún más que la leche la dependencia de las subvenciones, debido al modelo asturiano de producción extensiva con vacas madres. Los datos evidencian que las ayudas de la PAC son esenciales para la supervivencia del sector ganadero regional en el que la batuta la llevan la leche y la carne. Ambas producciones están altamente subvencionadas, debido, entre otros factores, a los altos costes de producción que alcanzan en el Principado, respecto a otras zonas de España y Europa.

    En estos años de crisis las ayudas han sido el colchón para evitar cientos de cierres en el campo. Por eso, los ganaderos asturianos reclaman que el nuevo reparto de fondos para el periodo 2014-2020, que entrarán en vigor en el año 2015, se centre en quienes realmente viven del campo y acrediten un porcentaje significativo de actividad.   

La Unión Europea planteó mitigar con ayudas la rebaja de los precios de la carne española, para equipararlos a los de otros países europeos. "Si nos quitan las ayudas no podremos sobrevivir", recalca un ganadero cangués. Y, a los altos costes, añade los daños que causan los depredadores a la cabaña ganadera. "Son pérdidas para las explotaciones, por mucho que nos digan que se pagan por encima de su valor", remata.

     Las ayudas al sector de carne en Asturias se fundamentan ahora en la prima por vaca madre (nodriza), basada en derechos otorgados a los ganaderos hace una década. Se completan con cantidades compensatorias para las zonas de montaña. Ambas líneas desaparecen en el nuevo diseño de la PAC, basado en pagos básicos por hectárea. A ellos se sumarán subsidios para sectores específicos.

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