El documento de ayuda a la ganadería extensiva presentado en Madrid a los medios de comunicación el día 9 de noviembre y firmado por los secretarios generales de ASAJA, UPA, COAG y por el Presidente de Cooperativas Agro Alimentarias de España, pedía, entre otras cosas al Ministerio de Agricultura, una ayuda igual por UGM para la ganadería extensiva, es decir vacas y ovejas.

    Si una vaca o UGM es el equivalente a 6,6 ovejas, ¿qué diferencia debe de haber si en unos pastos un ganadero decide poner vacas u ovejas?
Según la propuesta de reparto del Ministerio de Agricultura y teniendo en cuenta que se añaden 44 millones a los terneros/as, supongo que nacidos y engordados en España, el vacuno vuelve a ser beneficiado en el reparto con una media próxima a los 100 euros por UGM mientras el ovino se quedaría con una media de 77 y el caprino con 27.

    Nada justifica en términos lógicos estas diferencias, más, cuando el ovino, como todos saben, exige pastoreo conducido muchos meses al año y su cría en general necesita mucha más mano de obra que el vacuno.

    Sin duda en las zonas de pastos donde el vacuno es viable, como las zonas de montaña, el ovino disminuirá  como viene ocurriendo en los últimos años.

   En estas comarcas la desaparición del ovino tiene un efecto medioambiental muy negativo porque hay zonas a las que el vacuno no llega produciéndose  un embastecimiento y degradación de pastos y paisajes.

    Y en las comarcas menos lluviosas, se condena al ovino a seguir como la producción agrícola ganadera más esclava y con margen neto negativo según datos del Rengrati que el Ministerio conoce perfectamente.

    No se trata de quitar a nadie sino de añadirle al ovino-caprino 40 millones de euros que nos equipararían al vacuno y evitaría otra injusticia.

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