EFE.- Tras un año 2012 con precios «aceptables», los de este año han descendido «mucho más de lo que deberían haber bajado o se esperaba», explicó a Efe el vicepresidente de Apag Extremadura-Asaja, Félix Corbacho.
El año pasado se pagaron entre 0,028 y 0,27 euros el kilogrado; este año se encuentran en torno a los 0,18 euros, un descenso debido a «muchas circunstancias», una de ellas que los grandes compradores utilizan el mercado «a su antojo y a su gusto».
En palabras del vicepresidente de Apag Extremadura-Asaja, si un grupo de agricultores se une para fijar unos precios «se denuncia y se sanciona»; pero «lo demás no se sanciona», porque «el poder es el poder».
En su opinión, la solución pasa porque el sector esté «más metido en cooperativa», y que este tipo de asociaciones, en el caso de las de segundo grado, sean «muy fuertes, con una buena estructura y con el personal adecuado para controlar estas situaciones».
Corbacho aboga por tanto por una mayor unión en cooperativa, aunque ha reconocido que este cultivo precisamente es de los que más ha apostado por el cooperativismo en la comunidad autónoma extremeña.
Así, ha recordado que las cooperativas mueven en torno a un 70% de la producción del vino -cuando el caso de otros cultivos de la comunidad no superan el 50%- aunque cree que se debería llegar hasta el 90%.
Aboga por ese porcentaje porque «el agricultor que vende el vino en la calle a puestos privados no tiene el tiempo suficiente para hacer fuerza en relación a lo que le deben pagar; en el campo le espera la recolección porque en caso contrario se le pudre».
En su opinión, «aunque haya, por ejemplo en la comarca pacense de Tierra de Barros, unos 20 puestos de venta, al final compran para 4, y ponerse de acuerdo entre ellos es muy fácil y nadie les dice nada pese a lo que refleje la Ley de Competencia».
En cuanto a los mercados internacionales donde se vende el vino extremeño, en 2013 continúan siendo Francia, Italia, Alemania, Portugal y Rusia los países que más compran los caldos de la comunidad.